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Un estudio constata el valor del test de sangre oculta en heces para el cribado del cáncer de colon | Salud y bienestar

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Probablemente, todos los españoles de más de 50 años que estén leyendo estas líneas habrán recibido ya alguna vez una carta en su domicilio para invitarlos a someterse a un cribado de cáncer de colon: en España, la estrategia de detección precoz de este tipo de tumores pasa por convocar bienalmente a las personas de entre 50 y 69 años a realizarse un test de sangre oculta en heces, que consiste en recoger una muestra de sus deposiciones, analizarla e identificar potenciales huellas cancerosas de forma temprana. Si esa prueba da positivo, se les invitará a una colonoscopia, una técnica más invasiva que explora el intestino por dentro para identificar el origen del sangrado. Así funciona el circuito de cribado de cáncer colorrectal en este país y en buena parte de Europa, pero no es la única estrategia de detección precoz: en Estados Unidos, por ejemplo, el cribado se hace directamente a través de una colonoscopia.En cáncer, el tiempo es vida, así que cualquiera de las dos estrategias preventivas es mejor que no hacer nada. Pero en la comunidad científica todavía había un debate abierto sobre cuál de estos dos programas (análisis de heces o pruebas más invasivas) es más adecuado para el cribado poblacional y persistían las dudas acerca de la eficacia de usar los test de sangre oculta en heces frente a la opción de realizar directamente una colonoscopia. Una nueva investigación, publicada este viernes en la revista The Lancet, solventa estas suspicacias y demuestra, en un estudio con más de 57.000 personas, que el análisis de heces es tan eficaz como el cribado con colonoscopia directa para reducir la mortalidad. “Nosotros tenemos interiorizados los tests como cribado, pero en los foros internacionales se cuestionaba el programa con test de sangre oculta en heces frente al programa con colonoscopia. Por eso hemos comparado las dos estrategias en relación con la mortalidad y hemos visto que son equivalentes. Esta investigación es definitiva para resolver las dudas y con la estrategia del test te ahorras un montón de colonoscopias”, sintetiza Antoni Castells, director asistencial del Hospital Clínic de Barcelona y coordinador de la investigación. El cáncer de colon es el tercer tumor más frecuente y el segundo que causa más muertes.Más informaciónLa comunidad científica había demostrado en estudios anteriores que, comparado con la ausencia de cribado, los test de sangre oculta en heces eran una buena estrategia para reducir la mortalidad y la incidencia de cáncer de colon; pero también había constatado que la colonoscopia era el método más preciso para la detección temprana y la prevención de estos tumores: según los autores, sendas pruebas tienen un rendimiento similar para detectar el cáncer, pero la colonoscopia es superior para identificar lesiones premalignas.Lo que ahora querían hacer los científicos, sin embargo, no era profundizar en la eficacia de las pruebas en sí, sino en su rendimiento dentro de una estrategia de detección precoz. Es decir, comparar, en términos de mortalidad, ambos modelos de cribado poblacional. Para ello, investigadores del Clínic-Idibaps y del Hospital Universitario de Canarias reclutaron a más de 57.000 personas de entre 50 y 69 años —la edad diana para los cribados— y las asignaron aleatoriamente a uno de los dos brazos de estudio: a un grupo lo invitaron a someterse a una colonoscopia y al otro lo convocaron a un análisis de heces. La idea de la investigación era comparar el riesgo de mortalidad a los 10 años.El estudio arrojó que la eficacia de ambas estrategias en la detección del cáncer colorrectal y en su capacidad para reducir la mortalidad asociada a este tumor era similar. El riesgo de muerte fue del 0,22% (55 fallecidos) en el grupo de colonoscopia y del 0,24% (60 muertes) en el grupo del análisis fecal. No había diferencias significativas entre ambas opciones de cribado, explica Castells: “La reducción de mortalidad que conseguimos con test es la misma que conseguimos si se hace colonoscopia directa. Y el número de casos que reducimos, que detectamos, en uno y otro, también son equivalentes. Esto significa que una prueba menos invasiva consigue los mismos resultados, en términos de reducción de mortalidad y de nuevos casos de cáncer de colon, en comparación con la colonoscopia”. Un artículo previo del mismo proyecto, publicado en la revista New England Journal of Medicine, también había demostrado que las dos estrategias detectaban el mismo número de tumores.La aceptación y la participación es un elemento clave para lograr la equivalencia reportada en el estudio de The Lancet, admite Castells: “El resultado fue equivalente porque el test es una buena herramienta para identificar el cáncer y porque hubo más participación [en esta estrategia de detección precoz]”. Al tratarse de una prueba menos invasiva que la colonoscopia, el estudio de heces tuvo más aceptación entre los participantes: cerca del 40% de los invitados llegaron a participar, mientras que la aceptación a la colonoscopia fue del 31,8%.Los resultados de esta nueva investigación suponen, según el coordinador del estudio, un espaldarazo a los test de sangre oculta en heces. Aunque admite que también abre la puerta a nuevas preguntas: “Por ejemplo, si la colonoscopia tuviese una tasa de aceptación más alta, puede que los resultados también fueran mejores”, plantea el experto. En el artículo, los autores inciden en que, además de la sensibilidad de los exámenes de cribado y la accesibilidad a ellos, la participación es un factor determinante para que estas estrategias de detección precoz funcionen. “Un enfoque menos invasivo podría tener mayor aceptación y, al menos en algunas poblaciones, este hecho podría contrarrestar el beneficio de una estrategia potencialmente más eficaz”, plantean los investigadores.En España, la tasa de participación en los cribados de cáncer colorrectal está por debajo del 50%, todavía muy lejos del objetivo que se marcó la Unión Europea de alcanzar el 65%, admite Castells. “Pero este tipo de estudios pueden incentivar la participación”, apunta. Enrique Quintero, gastroenterólogo del Hospital Universitario de Canarias y coautor del estudio, coincide en esta apreciación: “Esto es un avance importante porque el test fecal es menos invasivo, más accesible y más económico y con más tasas de participación que la colonoscopia”. En términos económicos, la prueba fecal y su análisis apenas supera los cinco euros, mientras que una colonoscopia baila entre los 150 y los 250 euros, relata el médico del Clínic.


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