Dos goles de Antony sellaron el empate final y constataron que la colección de talentos individuales del Betis pesan tanto como la maña del Villarreal. El equipo de La Plana se las arregló para adelantarse por 2-0 y no consiguió gestionar el vértigo de ir por delante en un partido que dirimió buena parte del destino de los dos principales aspirantes a ocupar el cuarto puesto de la clasificación de la Liga. La igualdad deja las cosas como estaban: 4º casillero para el Villarreal con 17 puntos, 5º para el Betis con 16.
2
Arnau Tenas, Rafa Marín, Alfonso Pedraza (Manor Solomon, min. 80), Renato Veiga, Pau Navarro, Santi Comesaña, Alberto Moleiro (Sergi Cardona, min. 72), Tajon Buchanan, Dani Parejo (Pape Gueye, min. 72), Tani Oluwaseyi (Ayoze Pérez, min. 62) y Gerard Moreno (Nicolas Pépé, min. 62)
2
Pau López, Valentín Gómez, Héctor Bellerín (Pablo García, min. 89), Junior Firpo, Natan, Marc Roca (Giovani Lo Celso, min. 56), Sofyan Amrabat, Antony, Abde Ezzalzouli (Aitor Ruibal, min. 68), Pablo Fornals y Cucho Hernández
Goles
1-0 min. 43: Tajon Buchanan. 2-0 min. 63: Alberto Moleiro. 2-1 min. 65: Antony. 2-2 min. 93: Antony
Arbitro Francisco José Hernández Maeso
Tarjetas amarillas
Sofyan Amrabat (min. 89), Tajon Buchanan (min. 89)
Protegido por la red del imperioso Natan y bien administrado por Roca, Amrabat y Fornals, el Betis pisó el césped de La Cerámica con el aire seguro de los equipos que se saben superiores a su rival. Con argumentos. El mediocampo fue del equipo andaluz desde el arranque y las cuerdas de los delanteros sonaron por simpatía. El dotadísimo Antony a la derecha, el bravo Abde a la izquierda, y el incansable Cucho en el medio, comenzaron a contactar con el balón en situaciones de aparente peligro. Ahí reside el secreto de este Villarreal. En el manejo de los tiempos y las apariencias, tan equívocos, tan propicios a la ilusión engañosa. El fútbol es así y los jugadores del Villarreal, dirigidos por el Zorro Marcelino, lo saben.Ahí donde el Betis puso más talento, el Villarreal se revolvió con más ingenio. Aparcado en su campo durante largos minutos, el Villarreal dio una impresión de vulnerabilidad que confundió a su rival. El Betis parecía tenerlo todo controlado cuando a la salida de un saque de banda aparentemente irrelevante, Valentín Gómez midió mal su salida de zona y dejó a su defensa vendida. Moleiro le robó la pelota y se la dio a Buchanan, que la cruzó desde fuera del área. Un zarpazo sorpresivo y el Betis cayó en la trampa.El 1-0 empujó al Betis a la precipitación y reafirmó las convicciones del Villarreal, cada vez más impermeable en su área. Seguro de que el dominio extranjero del balón y el campo no le convertía necesariamente en dominado. Así estaba el Villarreal, esperando otra chambada de su oponente, cuando desde su campo, de pronto, conectó una acción vertiginosa. El Betis presionaba arriba cuando Comesaña se escabulló y lanzó un pase tenso a Pépé, que disputó la posición a Natan. El brasileño despejó, pero no con suficiente fuerza, y Pépé perseveró para conectar con Comesaña, que acompañó la jugada hasta el área rival en un asalto coordinado. Su pase a Moleiro descuadró a Amrabat, que no pudo cerrar el ángulo interminable del ataque. El segundo tanto del Villarreal, a falta de media hora para la conclusión del partido, resonó como una sentencia en La Cerámica. El pueblo era una fiesta. Después de nueve jornadas de Liga, el equipo local seguía sumando victorias en su cancha. Esta parecía segura. Tan segura que los jugadores amarillos se vinieron arriba. “Cometimos el error de ir a buscar el 3-0”, dijo Comesaña en Movistar+, al acabar el encuentro, “cuando parecía que lo teníamos todo controlado”.Fue así que el juego de las ilusiones, esa dimensión de los partidos que tan bien domina Marcelino, se volvió en contra de sus jugadores, emocionados ante un resultado que acabó engañándolos a ellos. A la contra, contra una defensa inusualmente despoblada en la transición, metió Antony el 2-1. Habían transcurrido apenas dos minutos después del 2-0 y el partido adquirió una deriva unidireccional. Revuelto en su orgullo, el Betis acabó acorralando al Villarreal en su área. En el minuto 94, se encendió la chispa: Lo Celso y Fornals jugaron a un toque y Antony dejó helado a Tenas con un tiro instantáneo. El empate cerró un duelo hermoso que deja la clasificación como estaba.