Álex Márquez remata el subcampeonato del mundo de MotoGP en Malasia | Motociclismo | Deportes

Dos hermanos en la cumbre del motociclismo, lo nunca visto en la élite del deporte. Álex Márquez remató este sábado la faena durante la sprint del GP de Malasia con una segunda plaza que le confirma como subcampeón del mundo de MotoGP, el primero de los mortales por detrás de Marc. Desde casa, lesionado pero feliz como pocos, su hermano mayor celebró el alirón del pequeño de la saga familiar de campeones y un hito sin precedentes en la disciplina. “No se puede pedir nada más”, escribía en sus redes sociales, orgulloso y señalando la televisión con el rótulo que confirmaba la gesta.“¡Aquí estamos! Subcampeones y haciendo historia. Seguro que Marc está viéndolo y disfrutándolo desde casa”, celebraba el 73 desde el parque cerrado en Sepang. “He sentido los nervios, iba rígido, no he podido pilotar nada bien, me temblaban hasta las pestañas, y solo podía pensar en lo que esto significa. Estoy muy contento de hacer segundo cuando nadie daba un duro por nosotros”, reconocía el piloto del equipo Gresini, cliente de Ducati.Más informaciónCon 388 puntos cuando quedan tres carreras de domingo y dos el sábado, el flamante subcampeón le saca la friolera de 102 puntos en la tabla al tercer clasificado, todo un tricampeón del mundo como Pecco Bagnaia. El italiano renació una vez más de sus cenizas este sábado, con la pole position y la victoria en la prueba corta. Otro resultado inexplicable e indescifrable después de dos grandes premios hundido en el asfalto tras haber resurgido previamente en el GP de Japón que coronó al 93 antes de su lesión en Indonesia. El rendimiento intermitente del turinés y compañero de garaje del campeón ha allanado más todavía el paseo militar de los Márquez este 2025, y su tercer puesto en la tabla todavía lo pone en entredicho Marco Bezzecchi con la Aprilia.“El equipo se merece este resultado. Yo tengo problemas, ellos tienen problemas, y tenemos que seguir trabajando en esta línea”, decía el ganador del sábado. En el podio pudo felicitar al subcampeón y también al novato del año, el murciano Fermín Aldeguer. La fiesta para el Gresini, que les enseñó pizarras conmemorativas a sus dos chavales, fue redonda en Malasia. “Hemos hecho un gran trabajo como equipo, aquí me han dado la confianza para poder ser yo mismo, ser un piloto diésel que va avanzando paso a paso”, valoraba Álex. “Estamos soñando”, convenían desde el conjunto que encabeza Nadia Padovani, la única jefa de equipo en todo el paddock.En su sexta campaña en MotoGP, el pequeño de la familia Márquez Alentà ha dado el salto de calidad definitivo entre los grandes de la categoría. De no haber ganado jamás un gran premio y haber cosechado apenas cinco podios en cinco cursos, a sus 29 años se ha desatado con dos triunfos y 10 podios el domingo —y otros 13 el sábado—, saltando de la octava plaza del certamen en 2024 a la segunda en una progresión meteórica. En los primeros compases del curso, fue además el único capaz de tutear al marciano de su hermano y robarle incluso el liderato en dos ocasiones.“En el deporte no hay secretos, si tienes algo claro, trabajas por ello y agachas la cabeza hasta conseguirlo”, apuntaba sobre la clave que explica esta mejora de un año para otro. La parte técnica también ha influido, y es que el 73 sintió un flechazo con la Desmosedici GP 24 de Ducati de inmediato. Eso le hizo empujar y creer más que nunca en este resultado. “Si sabes ser autocrítico, en los momentos difíciles puedes darle la vuelta al asunto con mayor facilidad”, agregaba sobre las penurias del pasado. Su relación con Marc —hermanos, amigos, confidentes, compañeros de piso, de entrenamientos y gimnasio— también ha sido esencial: “Tenerle cerca me da esa ventaja en los momentos de dudas, de nervios, cuando no salen las cosas. Él me da tranquilidad, y nos complementamos bien, porque aunque terminemos primeros, siempre nos señalamos dónde podemos mejorar”.En el pasado, la familia ya hizo historia al proclamarse a la vez campeona tanto en MotoGP como Moto 3 (2014) y Moto2 (2019), y este 2025 añade el colofón a un cuento de hadas que arrancó hace tres décadas en Cervera donde ya se preparan para una fiesta de ensueño. Los padres, Julià y Roser, no dan crédito con sus dos pequeños, los dos mejores pilotos del mundo.