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En el marco de la conmemoración de los 40 años de la toma y retoma del Palacio de Justicia, el presidente Gustavo Petro publicó un polémico trino en el que sugirió la responsabilidad del Ejército en el asesinato del magistrado Manuel Gaona. Su teoría es controvertida por decenas de testimonios consignados en el informe de la Comisión de la Verdad del alto tribunal, recopilados en el libro 1985: las heridas abiertas del holocausto, de la Casa Editorial EL TIEMPO.En el documento, de 489 páginas, se menciona la lucha de magistrado Gaona Cruz, catedrático, exviceministro y magistrado de la Sala Constitucional, para que Colombia avalara la extradición, en una época en la que la guerra de los carteles de narcotráficos amenazaba el estado de derecho.Escenas de la  toma realizada por la guerrilla del M-19 al
Palacio de Justicia. Foto:Archivo. EL TIEMPO.Había expresado con claridad su posición favorable a la exequibilidad del tratado y, desde meses atrás, venía recibiendo amenazas de los extraditables, quienes sabían que Gaona sería el ponente del fallo. De hecho, aunque no se ha esclarecido si hubo dinero del cartel de Medellín en la operación, a lo largo de la investigación hay indicios de la cercana relación de algunos de los excombatientes del ‘M’ con los capos. Los guerrilleros ingresaron al Palacio con lista en mano buscando a los magistrados de la Sala Constitucional, que se aprestaba a debatir sobre la extradición.”La noche del 5 de noviembre, el magistrado de la Sala Constitucional, Manuel Gaona Cruz, le confesó a su esposa que tenía un presentimiento: sentía que algo malo podía ocurrir al día siguiente. Aun así, le dijo que no podía faltar a la Corte, pues era el ponente del fallo sobre la exequibilidad del tratado de extradición que presentaría el miércoles 6. Le pidió que lo llamara a las 11:30 de la mañana, hora en la que estaría en sala, pero quería asegurarse de que ella estuviera bien. Efectivamente, ella se comunicó con la secretaria a esa hora, justo cuando se produjo la explosión en el sótano”, se lee en el informe.La investigación señala que, al escuchar los disparos, los magistrados Ricardo Medina, Manuel Gaona, Alfonso Patiño y Carlos Medellín, junto con el secretario de la Sala Constitucional, Ricardo Correal; el citador Héctor Darío Correa, y el vendedor de pólizas de seguros de accidentes de tránsito Gustavo Ramírez, se refugiaron en la oficina del magistrado Medina. Posteriormente, los magistrados Patiño y Medellín decidieron dirigirse a sus propias oficinas acompañados por el escolta del primero.Posteriormente, Manuel Gaona, Ricardo Correal y Héctor Darío Correa decidieron abrir la puerta y salir. Un grupo de guerrilleros les garantizó el respeto por sus vidas y los trasladó cerca del ascensor, junto con algunos conductores y otros rehenes. Luego los hicieron descender al baño ubicado entre los pisos tercero y cuarto, donde permanecieron refugiados en condición de rehenes.Estuvieron en ese baño durante largo rato, hasta que un guerrillero subió y les dijo que debían abandonar el lugar, pues estaba en la mira de los tanques del Ejército y era demasiado riesgoso permanecer allí. En ese sitio, Nicolás Pájaro vio a los magistrados Manuel Gaona, Humberto Murcia y Horacio Montoya. Todos fueron trasladados entonces al baño ubicado entre los pisos segundo y tercero.Toma del Palacio de Justicia por parte del grupo guerrillero M-19, el 8 de noviembre de 1985. Foto:Archivo de EL TIEMPOSegún Carmen Elisa Mora Nieto, sobreviviente de los hechos, el magistrado “Gaona pedía hablar con Almarales. En algún momento de la noche llegó Almarales y ya él está ahí todo el tiempo con nosotros. El doctor Gaona le pide en varias oportunidades que se rindan, o trata de hablar con él, para decirle que eso no tiene ningún sentido, que él quiere ver a su hijo o hija —era un bebé— y le pedía por favor que le permitiera verlo crecer. Almarales gritaba y le decía: ‘¡Cállese, magistrado!’. Le gritaba: ‘¡Cállese, magistrado no sé qué, cállese!’, y lo amenazaba con el arma… Le pedía que se callara: ‘¡Cállese, magistrado!’, y él trataba de no mostrar sus sentimientos o algo así, y eso le molestaba”, relató ante la Comisión de la Verdad.Siete de los rehenes que se encontraban en el baño perdieron la vida dentro del Palacio de Justicia: los magistrados Manuel Gaona Cruz y Horacio Montoya Gil, al momento de salir del baño; el magistrado auxiliar Lisandro Romero, la abogada auxiliar Luz Estella Bernal, la auxiliar judicial Aura Nieto de Navarrete, y los conductores José Eduardo Medina Garavito y Luis Humberto García.Gabriel Salom, ante el Tribunal Especial, relató así las circunstancias en las que fue mortalmente herido Gaona:“Manuel Gaona me tomó a mí de la mano y empecé a salir con él y con otro magistrado al que no le vi la cara, porque no podía caminar, yo me arrastraba. Ya en la puerta del baño nos dijo el comandante: ‘Tranquilos, que a ustedes no les va a pasar nada, ya que son mi última salvación’. También le oí, en forma confusa, decir que había perdido su última carta.Segundos después, y siguiendo en la misma posición, sentados en el suelo, oí nuevamente que Manuel Gaona le daba las gracias por tomar tan sensata decisión, es decir, porque al parecer se iban a rendir y nosotros íbamos a ser los rehenes que, en cierto modo, los íbamos a proteger. Sin embargo, cuando nos dijo que siguiéramos recostados, muy cogidos de la mano y sentados en el corredor, Manuel le dijo que eso no podía ser, que nosotros no íbamos a ser carne de cañón, porque nos iban a sacar donde estaba el fuego cruzado. Dijo que eso no podía ser, porque de todas maneras nos iban a matar. Y fue en ese momento, sin habernos movido de nuestro sitio, cuando empezaron a disparar contra nosotros. Sentí un fuerte golpe en la espalda, que me botó hacia el rincón, y enseguida cayó pesadamente sobre mi cabeza la de Manuel Gaona, que manaba una gran cantidad de sangre. También sentí los primeros impactos de bala en mis piernas: inicialmente unos fuertes corrientazos, un calor extraordinario, y luego perdí toda sensibilidad. En esa posición, debajo de Manuel Gaona, permanecí, creo yo, por espacio de una hora, y pude advertir que Gaona estaba exangüe.”Se define futuro de la Misión de la ONU en Colombia Foto:Sara Valentina Quevedo DelgadoRedacción Justicia
