La bandera de la Conferencia Episcopal Española (CEE) ondea este lunes a media asta en su sede en Madrid. El papa Francisco ha muerto a los 88 años y la conmoción se ha extendido dentro de los muros de la Iglesia española. Pese a que el Pontífice había estado gravemente enfermo desde febrero, el secretario general de los obispos, César García Magán, ha afirmado ante los medios: “Esta noticia nos ha sorprendido a todos”, sobre todo cuando “parecía que estaba recuperándose tras su hospitalización”. Poco después del anuncio del fallecimiento, la CEE ha convocado una rueda de presa de urgencia para mostrar públicamente su pesar.El también portavoz de los obispos ha hecho un resumen de los grandes avances ejecutados por Francisco durante sus más de 12 años de pontificado, como la reforma de la curia romana, la introducción de más laicos en puestos de poder y la restructuración económica de la Santa Sede “movida por criterios de transparencia”. García Magán ha agradecido su pontificado, que buscó “una iglesia pobre para los pobres” “rico en gestos” y en doctrina. Ni una sola palabra sobre una de las reformas más significativas de Francisco: la lucha contra la pederastia y que en los últimos años le ha llevado a enfrentarse a los purpurados españoles.Poco antes de que los prelados oficiales lanzasen este mensaje, su presidente y también arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, ha reunido a la prensa en la sede del obispado vallisoletano para mostrar sus respetos a Francisco. “Quiero expresar en nombre propio, el de la Iglesia de Valladolid y el de toda la Iglesia española la experiencia de este momento que está marcado por el dolor y la esperanza. El dolor es compatible con la alegría del corazón”. Argüello también ha enumerado los aportes del Pontífice a la sociedad y a la Iglesia, haciendo hincapié en su lucha a favor de los más desfavorecidos, quienes “viven en las periferias”. El dolor por la pérdida, ha dicho, coincide con la esperanza de la resurrección y la alegría por el legado del pontífice.Ante las preguntas de los medios, el presidente de los obispos españoles ha especulado que posiblemente haya “sorpresas” en el cónclave, aunque ha dejado claro que el sucesor de Francisco seguirá las líneas de Concilio Vaticano II. La incógnita sobre el nuevo Papa parece mayor en esta ocasión, ya que los favoritos no son tan visibles como en las veces anteriores. En España hay siete cardenales, pero solo cinco tienen derecho a voto por tener menos de 80 años.Pese a sentimiento de pérdida generalizado, el pesar no se mide igual en todos los sectores y organizaciones eclesiásticas. Por ejemplo, el Instituto de Política Social (IPSE), organización ultraconservadora, lamenta profundamente el fallecimiento del Papa Francisco, pero pide la llegada de un sucesor “que vuelva a proclamar sin titubeos” el Evangelio. “Hoy lloramos por el Papa fallecido. Pero más aún, rezamos para que la Iglesia resurja con fuerza, sin miedo, sin medias tintas, sin populismos. Porque el mundo necesita una Iglesia santa, profética y valiente, no una ONG de buenismo ideológico”, ha concluido Pablo Hertfelder, dirigente de la entidad.En un comunicado, la agrupación “ha querido rendir respeto por la figura del sucesor de Pedro, al tiempo que se ha instado a la Iglesia universal a reflexionar seriamente sobre el rumbo que ha tomado durante estos últimos años”. En su discurso, reclama un cónclave “que no se deje guiar por las corrientes ideológicas o geopolíticas”.
La jerarquía eclesiástica española, conmovida por la muerte de Francisco, que buscó “una iglesia pobre para los pobres” | Sociedad
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