El sonido del helicóptero Libertad 1 (un MI-17), el mismo que protagonizó la ‘Operación Jaque’, descendió sobre la cancha principal de fútbol del municipio de Boavita, norte de Boyacá. El reloj marcaba las 12 del mediodía, y de la aeronave el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, bajó escoltado por su equipo de seguridad y emprendió una caminata hacia el centro del pueblo, donde lo esperaban autoridades locales y habitantes.La visita, a la que asistió EL TIEMPO, tenía como propósito revisar los avances de la remodelación de la estación de Policía del municipio, sin embargo, la llegada del ministro se convirtió en todo un acontecimiento: era la primera vez que una persona nacida en el pueblo boyacense llegaba como ministro de Defensa.Desde que el jefe de la cartera de seguridad bajó del helicóptero, los sonidos de varias bandas marciales lo acompañaron en el recorrido hacia el centro del pueblo; el trayecto de poco más de 500 metros reunió a vecinos en las puertas de sus casas y a su paso, hubo saludos que sonaron como viejas costumbres y miradas desde ventanas que siguieron el recorrido.Una banda marcial acompañó el recorrido del ministro por el pueblo. Foto:CortesíaFrente al portón metálico de la institución educativa técnico industrial, donde cursó el bachillerato, el ministro se detuvo; recorrió pasillos, saludó a docentes y contó varias anécdotas.“Fue aquí donde aprendí la frase que me ha acompañado toda la vida: ser más para servir mejor”, dijo frente a un grupo de estudiantes que lo escuchaban atentos.El regreso del ministro a Boavita no fue solo una agenda protocolaria, era también un viaje íntimo a su pasado.El ministro en el cementerio visitó la tumba de sus papás y hermano. Foto:CortesíaTras dejar el colegio, siguió caminando por las calles del municipio saludando a sus antiguos vecinos, exprofesores y parientes. A los lados de la calle, habitantes de distintas edades levantaban sus celulares para tomar fotos y grabar videos, algunos niños pedían autógrafos en hojas de cuaderno y otros buscaban acercarse para darle un abrazo y pronunciar palabras que elogiaron su trayectoria tanto en la vida militar como la asumida tras colgar el uniforme.El siguiente punto de su recorrido fue la estación de Policía. Allí escuchó un breve informe de avance, revisó las obras y saludó a los uniformados presentes. Luego retomó la marcha, esta vez hacia el cementerio municipal, donde reposan sus padres y uno de sus hermanos. Permaneció unos minutos en silencio frente a las lápidas, rodeado por su esquema de seguridad, familiares, amigos y algunos curiosos.El ministro junto a una habitante del pueblo. Foto:Cortesía“Es un orgullo inmenso llegar aquí a mi pueblo y recordar la infancia y también mostrarle a los boavitano lo que se puede hacer trabajando fuerte y honestamente. Pero por otro lado, también siento nostalgia de ver mi casa y que en ese lugar me quedé con mis padres, mis hermanos; la convergencia de esos dos sentimientos aflorar aún más el compromiso de seguir dando todo por Colombia, para que de alguna manera mis padres, que ya no están, sigan orgullosos de mí, y también serlo para mi pueblo y mi patria”, dijo el ministro.El ministro de Defensa junto a varios alcaldes de Boyacá. Foto:CortesíaEl consejo de seguridadTras esa visita, el ministro tenía previsto movilizarse al municipio de Chita, pero las condiciones meteorológicas cambiaron los planes. La reunión prevista en Chita tuvo que ser reprogramada y se organizó la logística para que se celebrará en Boavita.El jefe de la cartera, junto con las autoridades locales, la cúpula militar y la Policía Colombia, analizaron la situación de orden público y las acciones para fortalecer la seguridad en la región.Minutos antes, en la plaza central, repleta de personas, Aura Luisa Velasco Figueroa, habitante de Boavita, recordó la influencia de la educación pública de Boavita en generaciones enteras y aseguró que Sánchez era una muestra de esos valores que por décadas ha acompañado al pueblo. Para ella, ver al ministro allí ofrecía un ejemplo para las nuevas generaciones del municipio.El ministro de Defensa inspeccionó las obras de la estación de Policía. Foto:Jesús BlanquicetTras la celebración del consejo de seguridad, el ministro anunció las conclusiones en la plaza central, teniendo como fondo la iglesia de la parroquia de Nuestra Señora de la Estrella, desde ese lugar, el funcionario confirmó la llegada de dos pelotones adicionales del Ejército en diciembre, la instalación de un Batallón en Suatá, el despliegue de drones para vigilancia rural y el pago de recompensas por cabecillas del Eln, entre ellos ‘Antonio García’ por quien ofreció 1.600 millones.“Se creará una mesa técnica con la Gobernación de Boyacá para acelerar la construcción de la unidad adelantada en Suatá y fortalecer el batallón de alta montaña en El Espino, con el propósito de reducir los tiempos de reacción ante eventuales amenazas”, dijo el jefe de seguridad.El ministro en su visita al colegio. Foto:Jesús BlanquicetOtro de los temas abordados fue la minería ilegal. Sánchez señaló que no se permitirá ninguna explotación por fuera de la ley y que se mantendrá vigilancia constante en articulación con las autoridades locales y planteó estrategias de prevención para enfrentar el consumo de sustancias psicoactivas, con énfasis en educación, cultura y deporte como alternativas para los jóvenes de la región.La jornada concluyó sin un acto final protocolario, con vecinos que regresaron a sus rutinas y con un eco de discursos, saludos y promesas en las calles que fueron escenario del recorrido. Quedaron en la atmósfera las llamadas a denunciar, las propuestas de inversión en infraestructura de seguridad y las imágenes de una visita que quedará en la memoria de los habitantes del pueblo. Redacción JusticiaJusticia@eltiempo.comMás noticias de Justicia:

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