
Estefanía de Mónaco y Daniel Ducruet protagonizaron hace casi 30 años uno de los escándalos más comentados de la historia de la realeza europea. En un momento en el que apenas se hacían públicos los problemas de los miembros de las monarquías —a excepción del triángulo amoroso que protagonizaron durante años los actuales reyes Carlos III y Camila, y Diana de Gales—, la publicación de unas fotografías del entonces marido de la princesa dinamitaron su relación a ojos del mundo entero. Fue la revista Interviú la que publicó, apenas un año después de casarse, unas imágenes en las que el exguarda de seguridad aparecía en actitud comprometida con la stripper belga Fili Houteman. Casi tres décadas después, Ducruet ha decidido romper su silencio y hablar sobre la traición que le costó no solo su matrimonio con la hija pequeña de Raniero de Mónaco y Grace Kelly, sino también su reputación. A finales de la semana pasada Ducruet visitó el programa La Volta Buona, emitido en la cadena italiana RAI y presentado por Caterina Balivo, donde volvió a asegurar —como ya hizo en su momento— que fue “víctima de una trampa” y que le drogaron la noche de 1996 en la que fue fotografiado con Miss Bélgica 1995. Además, afirmó que la historia que contaron los medios de comunicación en su momento no se corresponde con lo que ocurrió en realidad: “Un tipo que corría en la misma escudería que yo me dijo que me quedase cerca de su novia, mientras ultimaba la separación. Así lo hice, fui a visitarla a una villa, pero para evitar problemas me llevé a un amigo”. Más informaciónAsí comenzaría el final del cuento de hadas entre la princesa rebelde y el guardaespaldas, a quien convirtió en su primer marido. “Cuando llegamos allí me encontré a esa chica en la piscina con un amigo suyo, nos ofrecieron vino para beber, había sustancias en el vino y también había un paparazi dispuesto a disparar y el resto ya lo sabe todo el mundo”, relató en el programa italiano casi 30 años después aquel capítulo. Unas fotos que fueron tomadas, en sus propias palabras, cuando “no estaba presente” para sí mismo. Daniel Ducruet y Estefanía de Mónaco el día de su boda en 1995.Thierry Orban (Sygma via Getty Images)Al volver a casa, asegura, se lo contó todo a su mujer: “Se echó a llorar, pero en ese momento no hablamos de separación ni de nada. Entonces recibí una llamada anónima que decía: ‘Te has divertido demasiado, ahora estás muerto’, y fue así como supe que ya circulaban fotos comprometedoras”. Para evitar que esas imágenes vieran la luz, lo intentó todo: “Llamé a un periódico italiano, cuyo nombre no mencionaré, porque sabía que tenían aquellas fotos y les ofrecí mucho dinero para recuperarlas y que la cosa acabara ahí, pero ellos siempre negaron tenerlas y tres días después las publicaron”. Ducruet, que emprendió acciones legales tras la publicación de las imágenes, también quiso señalar en su entrevista en televisión que no acudió a la vía civil, sino a la penal, porque no quería “ganar dinero con esta historia”. “Para mí era importante aclarar cómo ocurrió, porque no bastaba con contarle mi historia a mis hijos, quería que lo hiciera la justicia, que dijese: ‘Sí, es verdad, caíste en una trampa, no eres solo el marido que se fue por ahí y engañó a su mujer, sino que hubo un porqué’. Y es precisamente la trampa que me tendieron y que hizo que la gente ganase tanto dinero con aquellas fotos que dieron la vuelta al mundo”. Antes de pasar por el altar, Ducruet y Estefanía de Mónaco ya habían dado la bienvenida a sus dos hijos: Louis, hoy de 32 años, y Pauline, de 31. “Tal vez Estefanía y yo nos habríamos divorciado de todas formas, porque en la vida nunca se sabe lo que puede pasar, pero en aquel momento estábamos enamorados y no estaba previsto que acabara así”, aseguró en la entrevista. De hecho, Ducruet dejó a su mujer y se fue a vivir con la princesa cuando se quedó embarazada. Pero su historia apenas duró cuatro años.
Daniel Ducruet recuerda tres décadas después su mediática infidelidad a Estefanía de Mónaco: “Fui víctima de una trampa” | Gente
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