La presidenta de Perú, Dina Boluarte, se encuentra al borde de la destitución. El Congreso del país ha aprobado la noche de este jueves someter a la mandataria a un proceso de remoción exprés al aceptar por holgada mayoría cuatro mociones de censura en su contra. El legislativo ha citado además a la jefa de Estado para que ejerza de inmediato, esta misma madrugada, su defensa antes de proceder a la votación. Las cuatro mociones, tipificadas bajo la figura constitucional de “vacancia por incapacidad moral”, están respaldadas por los partidos de derecha y el fujimorismo que hasta ahora apoyaban a Boluarte. El proceso de destitución se ha puesto en marcha la mañana del jueves por iniciativa de la bancada de Renovación Popular —la formación liderada por el alcalde de Lima, el ultraconservador Rafael López Aliaga, alias Porky— por la profunda crisis de violencia que asfixia a los peruanos. Horas antes, el miércoles por la noche, la popular banda de cumbia Agua Marina sufrió un atentado durante su actuación en un recinto militar. Cuatro integrantes del grupo recibieron disparos en el tórax y en la pierna. Boluarte, que asumió el mando tras el intento fallido de autogolpe de Pedro Castillo en diciembre de 2022, mantenía hasta hoy un férreo control del Congreso, la institución más desprestigiada del país, según las encuestas. En el camino hacia su caída resulta clave el voto de Fuerza Popular, el partido derechista encabezado por Keiko Fujimori. No fueron las muertes de medio centenar de manifestantes, ni su abandono del cargo para realizarse una rinoplastia y plancharse las patas de gallo en secreto. Tampoco los favorecimientos bajo al tapete a cambio de joyas y relojes de alta gama, ni la presunción de haber encubierto a prófugos de la justicia. Boluarte afronta sus horas más complicadas por su incapacidad para combatir la ola de criminalidad que golpea a Perú. El Congreso, que la mantuvo a flote en un pacto para sobrevivir hasta el 2026, le soltó la mano. Su mandato, que comenzó con el pie izquierdo al no cumplir su promesa de convocar elecciones, desató una serie de movilizaciones desde la sierra sur hacia la capital. La desmedida represión de las fuerzas del orden las dispersó por un tiempo, pero se reavivaron a mediados de 2024 por las mafias de extorsiones y sicariato que tienen en jaque al transporte urbano y a comerciantes de diversos rubros. Hace algunas semanas, la juventud —autoproclamada como la Generación Z— agitó las calles nuevamente. Pero ha sido el reciente atentado contra la orquesta de cumbia Armonía 10 el que ha propiciado esta situación. La bancada Renovación Popular, que le había salvado el cogote a Boluarte en más de una oportunidad, impulsó una moción de vacancia en su contra. Con el correr de las horas se plegaron las bancadas con más integrantes en la Cámara: Fuerza Popular, Alianza para el Progreso y la coalición Juntos por el Perú, Voces del Pueblo y Bloque Magisterial. En total han sido cuatro mociones de vacancia. A falta del voto o de la decisión de una posible renuncia, en casi tres años de mandato, por primera vez Boluarte se tambalea y no tiene dónde agarrarse para mantenerse en pie.

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