No hay noches apacibles en la Euroliga para este Real Madrid de luces y sombras. La competición te exige tus máximos. Cada jornada es una riña entre dos rivales con los bolsillos llenos de trucos. Gigantes, tiradores con la puntería de un arquero, hombres cerebrales, especialistas… Mónaco, en un duelo entre iguales, dos equipos con diez victorias y mucha hambre, no fue una excepción. No son dos plantillas construidas para navegar a media vela. Salió dolido el Madrid con un derrota (100-95) que le impide adentrarse en la zona de los seis primeros clasificados, donde sí despedirán el año tanto el Valencia Basket (segundo) como el Barcelona (cuarto). Edy Tavares intentó imponer su ley con un inicio desgarrador: 15 puntos y siete rebotes en poco más de ocho minutos. Un tormento para Theis. Los exteriores parecían trileros. Movían el balón por fuera y este acaba apareciendo por dentro en las manos del caboverdiano. El trabajo como solista de Tavares fue insuficiente y su equipo se marchó del primer cuarto por debajo en el marcador (21-20) en un inicio con muchas alternativas. Vassilis Spanoulis encontró buenas alternativas en el banquillo. El Mónaco es un equipo capaz de tutear a cualquiera incluso sin Mike James o Daniel Theis. Matthew Strazel, el francés del peinado imposible, aprovechó su momento de protagonismo para mantener a su pandilla por delante en el segundo cuarto. Pero volvió Tavares y, cuando había vuelto a equilibrar el pulso, protestó por su segunda falta, fue castigado con una técnica y se tuvo que marchar al banquillo porque cargaba ya con demasiado lastre. Una caries en el juego del Madrid, que despidió la primera mitad sufriendo por no descolgarse (47-43).Le faltó dureza defensiva al Madrid en la reanudación (57-43). El Mónaco es una roca. Sonó la alarma en la oreja de Facu Campazzo, que vio a su gente flaquear y les volvió a acercar en el resultado (61-57). Okobo no tembló y siguió con esos tiros de media distancia que tantos euros le han reportado en su carrera. Pero el base argentino estaba en racha (14 puntos y ocho asistencias en tres cuartos) y se merendó los 14 puntos de desventaja (70-70). Jugadores como Campazzo, Abalde, Deck, Okeke o Tavares hicieron una defensa más firme que permitió igualar las fuerzas en un partido donde estuvo bien vista la dureza. Avanzaba ya el último cuarto y ahí emergió Nikola Mirotic (sus 10 puntos fueron en este periodo), que hizo mucho daño en los últimos minutos y le dio otra gran ventaja al Mónaco (89-77) que dejó muy tocado a un Madrid que ya no pudo remontar a pesar de la exhibición de Campazzo (28 puntos, cinco rebotes y 10 asistencias).

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