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El pueblo aragonés que se moviliza contra un centro de datos: “Estamos dispuestos a todo” | Tecnología

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Marysol Ruberte no podía creer lo que estaba viendo en la televisión. El presidente de Aragón, Jorge Azcón, acababa de anunciar que el fondo Azora construiría un gran centro de datos en su pueblo, Villamayor de Gállego, a las afueras de Zaragoza. La gestora dispondría de 80 hectáreas, que actualmente son terrenos de uso agrícola y están al norte del término municipal, para levantar una infraestructura con una capacidad inicial de 150 megavatios (MW) ampliables hasta 300 MW, lo que le convertiría en uno de los más grandes de España. Ruberte se enteró así, por las noticias, pese a ser la concejala encargada de lidiar con este tipo de proyectos. “Llamé inmediatamente al alcalde para pedirle explicaciones. Me dijo que, justo antes de la comparecencia de Azcón, le telefoneó Octavio López [consejero de Fomento, Vivienda, Movilidad y Logística] para avisarle”, recuerda. Para cuando lograron reunirse con representantes del gobierno autonómico, ya se había publicado en el Boletín Oficial de Aragón una Declaración de Interés General (DIGA), el paso previo al PIGA (Proyecto de Interés General de Aragón), que es el mecanismo usado para bendecir las inversiones consideradas estratégicas con trámites burocráticos más cortos y con la exención de impuestos municipales. Por esa vía se está gestionando la ampliación de los tres centros de datos que tiene Amazon en Aragón y los cuatro que quiere construir Microsoft, además de otros tantos que, como el de Azora en Villamayor o como el que se acaba de anunciar en el municipio de al lado, La Puebla de Alfindén, no están directamente relacionados con una gran tecnológica. El PIGA es el instrumento con el que Azcón quiere convertir Aragón, como él mismo ha dicho, en “la Virginia europea”, en referencia al Estado norteamericano con mayor acumulación de este tipo de infraestructuras.Más informaciónLa reacción del Consistorio ha sido tajante: no quieren saber nada del centro de datos. “No estamos de acuerdo ni con las formas ni con el fondo. Creemos que hipoteca el crecimiento del municipio”, sentencia el alcalde, José Luis Montero Lostao. Así se lo manifestaron Montero y Ruberte a una delegación del Gobierno de Aragón, que ha preferido no contar su versión de los hechos a EL PAÍS, en la única reunión en la que han tratado este asunto, celebrada días después de la publicación del DIGA. El encuentro fue tenso. Los tres representantes del equipo de Azcón no entendían el porqué de la negativa y le reprocharon al alcalde que no lo hubiera dicho antes de que se hiciera oficial en el BOA. Este respondió que lo habría hecho si se le hubiera consultado; sus interlocutores replicaron que la empresa, Azora, aseguraba que todo estaba hablado con el Ayuntamiento. Montero lo niega. Dice que solo tuvo dos reuniones con el fondo, en septiembre y noviembre de 2024, en las que no se concretó nada: se les dio información sobre posibles terrenos —“como hacemos con todas las empresas que vienen a vernos”, apostilla—, y se les transmitió que Villamayor de Gállego no tiene interés en alojar otro centro de datos.El alcalde de Villamayor de Gállego, José Luis Montero Lostao, frente al consistorio.Rocío BadiolaPorque ya tienen uno en marcha, uno de los cuatro que Microsoft abrirá en el área metropolitana de Zaragoza. El complejo, que aún no ha presentado el PIGA, ocupará 90 hectáreas de suelo industrial al sur del municipio, junto al polígono de Malpica. “Son terrenos que estaban previstos para ese uso”, especifica Montero. Desde el Consistorio aseguran que la comunicación ha fluido con la tecnológica, que ha aceptado peticiones como encargarse de construir una entrada directa desde la autopista A2, que pasa junto al pueblo, para que el tráfico no afecte a los 2.800 vecinos, y también proteger el patrimonio arqueológico. El campus de Microsoft lindará con otro gran proyecto, que también está tramitando un PIGA, esta vez del sector agroalimentario: un centro logístico del Grupo Costa que abarcará 150 hectáreas.Fuentes de Azora confían en poder convencer al Ayuntamiento de Villamayor de que su proyecto es bueno para el pueblo. Confirman que se reunieron con el Consistorio antes de la publicación del DIGA, aunque no entran en detalles sobre el contenido de esos encuentros, y manifiestan su intención de seguir con los contactos para poder adaptarse a las exigencias del municipio.Un pueblo cotizadoDesde la ermita de Nuestra Señora del Pueyo, situada en una colina en el extremo norte del casco urbano, se ven los verdes campos que quedan más allá de los tejados rojizos del pueblo. Pero basta con darse la vuelta y mirar hacia el noreste para que el paisaje cambie totalmente: Villamayor es el último pueblo antes de entrar en los Monegros, una de las regiones más áridas de España. Aunque se puede apreciar que las excepcionales lluvias de este año han cambiado temporalmente los tradicionales tonos grisáceos y marrones de los campos por el verde.Villamayor de Gállego tiene una ubicación privilegiada desde el punto de vista industrial. Está a pie de la autopista A2 y a solo 20 minutos de Zaragoza en coche. Una de las subestaciones eléctricas más grandes de Aragón, la de Peñaflor, está en su término municipal, al norte (ya en los Monegros). Máquina Solar, la empresa filial de Azora que construirá el centro de datos, quiere ubicarlo justo al lado de esas instalaciones. El municipio recibe su nombre del río Gállego, uno de los principales afluentes del Ebro, que nutre la Acequia de la Camarera, de la que bebe la huerta que queda al oeste del pueblo. Tiene agua y conexión directa a la red energética.Vista de parte de las casi 90 hectáreas de suelo agrícola, al norte del municipio de Villamayor de Gállego, en las que se ubicará el centro de datos de Azora.Los siete ediles que conforman el equipo de gobierno de Villamayor de Gállego (cinco de Chunta Aragonesista, entre ellos el alcalde y Ruberte, y dos del PSOE) están de acuerdo en que no quieren el centro de datos de Azora. De momento, han presentado alegaciones al DIGA. Se agarran a la posibilidad de que el Gobierno de Aragón, visto el rechazo de la localidad en la que debía alojar el complejo, decida trasladarlo a otro municipio, para lo cuál debería aprobar otro DIGA. Fuentes de Azora no ven factible moverse de Villamayor.Si el equipo de Azcón no atiende sus peticiones y sigue adelante, es decir, si aprueba el PIGA, el Ayuntamiento lo recurrirá. “Estamos dispuestos a todo”, dice Montero. Aunque no esconden su temor a enemistarse con el Gobierno de Aragón (PP). Tanto por su negativa al proyecto como por ser uno de los pocos municipios de la zona no gobernados por los populares, en el Ayuntamiento se refieren a sí mismos como “la aldea gala” del área metropolitana de Zaragoza.Rechazo rotundoAl alcalde le preocupan varias cosas relacionadas con el campus de Azora. En primer lugar, la hipoteca energética que, en su opinión, conllevaría la construcción de esta infraestructura. Montero teme que los 150 MW de potencia instalada que le ha garantizado Red Eléctrica al proyecto, que podrían ampliarse a 300 MW, limiten las opciones de futuro del municipio. “¿Y si dentro de unos años quiere venir otra empresa que necesita energía? ¿Y si el propio crecimiento urbanístico de Villamayor exige más electricidad para las viviendas?”, se pregunta.Luego está la cuestión del agua, un recurso que muchos centros de datos usan para refrigerar los equipos. El proyecto de Microsoft se aceptó bajo la premisa de que la dotación de agua del municipio no se modificaría. “Y, por ahora, lo están cumpliendo, porque ya han negociado con el suministrador y no nos ha afectado”, subraya Montero. En el caso de Azora, sin embargo, el agua procedería de la red de suministro urbana. “¿Qué pasará cuando haya sequía? ¿Adónde irán los recursos?”. No saben qué sistema de refrigeración usará el centro de Azora, ya que, según reflejan en sus alegaciones al DIGA, las versiones del Gobierno de Aragón y de la promotora se contradicen. “Y una cosa es lo que dicen, y otra la que acaban haciendo”, destaca Ruberte en referencia a los tres centros de datos que proyecta Amazon en la región (el más cercano, en la vecina Villanueva de Gállego), que, tal y como adelantó EL PAÍS, han solicitado un aumento del 48% de la disponibilidad de agua respecto a la cantidad inicialmente acordada. “La previa experiencia de este ayuntamiento con los otros dos PIGA que va a acoger en su término municipal, uno de ellos precisamente un centro de datos, hace que se dude seriamente acerca de las necesidades hídricas reales de la iniciativa”, expone el Consistorio en las alegaciones.Montero no sabe tampoco si Villamayor será capaz de proveer servicios municipales de limpieza o transporte a un desarrollo que no estaba previsto, y que está alejado del polígono industrial. Desde el punto de vista administrativo, en el Ayuntamiento dicen no dar abasto con la gestión de dos PIGA, que exige recortar a la mitad los plazos burocráticos, pero sin añadir personal. “Un tercer PIGA nos puede acabar de hundir”, se queja la concejala de Economía, María Teresa Berges.El arqueólogo José Luis Ona señala la ubicación de los restos de la villa romana que ha encontrado en los terrenos en los que se levantará el centro de datos de Azora.Rocío BadiolaVillamayor tiene otro poderoso motivo para rechazar el proyecto: no lo necesita. Es un pueblo rico (el decimosegundo de Aragón por renta per cápita), la mayoría de sus vecinos trabaja en Zaragoza y el paro no llega al 5%, por lo que las promesas de empleo asociadas a este tipo de proyectos no les seducen.El equipo de gobierno desconfía también del fondo Azora, cuya intención es alquilar el centro de datos a terceras empresas en cuanto esté listo. “La figura del llave en mano es tradicional en la construcción de grandes infraestructuras y un nicho de mercado legítimo. Ahora bien, debe tratarse de una manera transparente y clara. De otro modo, la sensación de movimiento especulativo casa mal con los sacrificios que se le exigen al ayuntamiento de Villamayor”, dice el Consistorio en el documento de alegaciones.La sombra de RomaMucho antes de que llegaran las tecnológicas, los romanos ya le vieron potencial a Villamayor y sus alrededores, donde aún hoy hay almendros, olivos, viñas y cereales. El arqueólogo José Luis Ona, vecino del pueblo, ha identificado yacimientos de villas agrícolas romanas altoimperiales (siglo I o II de nuestra era) tanto en los terrenos donde se ubicará el centro de datos de Microsoft como en el que ocupará Azora. No están excavados, pero un paseo por las zonas en cuestión permite identificar en pocos minutos y a simple vista, con la ayuda de Ona, trozos de una dolia (o tinaja grande), de un cuello de ánfora o de sigilata hispánica, una cerámica de semilujo usada en las vajillas de la época.El arqueólogo José Luis Ona sostiene un fragmento de dolia (una tinaja grande) de la época altoimperial hallada en el suelo durante un paseo por la zona en la que ha localizado los restos de una villa romana, en los terrenos en los que Azora construirá su centro de datos.Rocío BadiolaLos trabajos de prospección del suelo de la parcela de Microsoft se detuvieron a finales de marzo; hasta que la Dirección General de Patrimonio decida si hay que conservar o no el yacimiento, no se puede mover tierra en la parcela. “Es de esperar que suceda lo mismo en los terrenos de Azora”, señala el arqueólogo. En su experiencia, la protección de este tipo de restos suele ser compatible con los proyectos. “Al final se trata de no tocar media hectárea de 90. Siempre se puede hacer coincidir con una rotonda”.


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