Como media, un hombre asesina a una mujer cada tres días en el Reino Unido. Una de cada 12 sufre algún tipo de acoso, violencia o agresión sexual. Dos millones de mujeres son víctimas de la violencia machista cada año, según el primer informe sobre esta materia que publicó el Consejo Nacional de Jefes de Policía en julio del año pasado. En un país que sigue abordando con extraño pudor y resignación esta materia, que aún sigue llamando oficialmente “abusos domésticos” a la violencia de género, solo hasta marzo de este año registró cerca de 816.000 investigaciones policiales centradas en este problema estructural de sociedades de todo el mundo, según la Oficina Nacional de Estadísticas.El Partido Laborista prometió en su programa electoral reducir a la mitad las cifras de esta violencia para el final de la década. Este jueves, el Gobierno ha anunciado la pata educativa de una estrategia que pretende extenderse a comisarías, juzgados y centros sociales. Con las nuevas medidas, chavales de hasta 11 años podrán ser obligados a realizar cursos centrados en hacerles entender la diferencia entre la pornografía a la que tienen fácil acceso en sus teléfonos móviles y una relación.“Todo padre debería poder confiar en que su hija está segura en el colegio, en su acceso a las redes y en sus relaciones. Muy a menudo, las ideas tóxicas echan raíz muy pronto sin que nadie las cuestione”, ha dicho el primer ministro, Keir Starmer, para explicar la batería de medidas anunciadas. “Queremos respaldar a los profesores para que saquen a la luz esa misoginia, y poder intervenir cuando aparezcan las primeras señales de alerta, antes de que se produzca el daño”, ha señalado.El nuevo plan educativo persigue formar al profesorado para que sepa detectar esos primeros síntomas y pueda prevenir la radicalización de los menores. Uno de cada cinco adolescentes de entre 13 y 15 años tiene una visión positiva de Andrew Tate, el boxeador de ultraderecha que lleva años acumulando millones de seguidores en las redes con sus comentarios y recomendaciones machistas, homófobas y violentas, según una encuesta reciente de la empresa YouGov. La sociedad británica se ha visto agitada este año por el debate sobre la masculinidad tóxica cada vez más extendida en las aulas, después del éxito de la miniserie Adolescencia, en la plataforma Netflix. Las nuevas medidas buscan enseñar a los adolescentes en qué consiste el consentimiento, cuál es el peligro de compartir a través de los teléfonos móviles imágenes íntimas, en qué modelos de conducta positivos deben fijarse, y cómo pueden desmontar falsos mitos sobre las mujeres, el sexo o las relaciones.Junto con una línea telefónica y online de apoyo, para aquellos menores que sufran este tipo de agresiones, se pondrán en marcha los cursos citados para los alumnos que presenten un carácter más agresivo.El nuevo esfuerzo educativo quiere también explicar a los menores en qué consiste la coacción, cómo evitar las presiones de sus compañeros y cómo se identifica una situación de acoso. Todo eso pretende reforzar una asignatura que será obligatoria a partir de septiembre de 2026 en todos los colegios, Educación Sexual y Relaciones, que incluirá asuntos como la identificación de imágenes o videos falsos generado por Inteligencia Artificial, como los que ahora circulan por las redes.Estrategia global contra la violencia machistaEl Gobierno de Starmer se ha propuesto terminar un año muy delicado políticamente, con una popularidad por los suelos e incluso rumores internos de sustitución del líder, con el impulso de una promesa electoral reclamada firmemente por su electorado femenino. Son dos ministras con fama de duras y decididas, Jess Phillips, secretaria de Estado para la Violencia contra Mujeres y Niñas; y Shabana Mahmood, la actual ministra del Interior.La estrategia ha sido bautizada de un modo muy claro y simple, Estrategia para la Violencia contra Mujeres y Niñas (VAWG, en sus siglas en inglés). Abarca medidas que para un país como España no suponen ninguna novedad, pero que en el Reino Unido apenas habían ocupado espacio en el debate político de los últimos años.El Ejecutivo de Starmer quiere crear unidades especiales para la persecución de las violaciones y otras agresiones sexuales en cada comisaría de policía británica, con agentes expertos y preparados para afrontar e investigar este tipo de crímenes.“Este Gobierno ha declarado la violencia contra mujeres y niñas una emergencia nacional. Durante mucho tiempo, este tipo de delitos se consideraban parte de la vida misma. No es suficiente. Vamos a reducirlos a la mitad en esta década”, ha prometido Mahmood, una de las ministras de Starmer que goza de más apoyo, no solo entre las bases laboristas sino entre el electorado. Musulmana practicante y de origen paquistaní, ha sido la defensora de una nueva política migratoria de mano dura en el Reino Unido.La estrategia quiere extender finalmente por todo el país las medidas cautelares y de precaución que ya se usan en otras partes, como las órdenes de alejamiento, los toques de queda obligatorios, las pulseras de control o las zonas de exclusión, con penas de hasta cinco años para los agresores que se salten cualquiera de estas disposiciones.

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