En medio del frágil alto el fuego que entró en vigor hace una semana, comienzan a aparecer en Gaza algunas estampas que muestran una cierta impresión de cotidianidad en espacios públicos como mezquitas, bancos o panaderías después de dos años del inicio de la campaña militar emprendida por Israel en la Franja. Con todo, el enclave palestino se encuentra sumido en una profunda crisis humanitaria y social que requerirá tiempo empezar a revertir y los ataques del ejército israelí contra blancos civiles continúan sucediéndose de forma esporádica. El viernes, por primera vez desde el inicio de la guerra, la centenaria mezquita de Sayed al-Hashim en la Ciudad de Gaza, una de las más antiguas de la Franja, volvió a abrir las puertas para celebrar la sagrada plegaria del viernes, a la que acudieron cientos de fieles musulmanes, según capturaron las cámaras de la cadena Al Jazeera. Este sábado, el Banco de Palestina, la principal institución financiera del país, anunció que reabriría a partir del domingo dos sucursales en Deir el Balah y Nuseirat, en el centro de Gaza. “Les damos la bienvenida a nuestros servicios bancarios y les deseamos seguridad y protección”, informó la entidad en un comunicado. Palestinos realizan las oraciones del viernes entre los escombros de la mezquita Al Albani, destruida durante los ataques israelíes, en Jan Yunis, sur de Gaza.Anadolu (Anadolu via Getty Images)La agencia de la ONU para los refugiados de Palestina, UNRWA, señaló asimismo este sábado que sus más de 8.000 docentes están listos para ayudar a los niños a retomar sus estudios. El clúster de organizaciones dedicadas a la educación en Gaza anunció también esta semana que con el alto el fuego han comenzado a ampliar proyectos de educación no formal en espacios habilitados temporalmente para el aprendizaje en todo el enclave, debido a que la mayoría de escuelas han sufrido daños por ataques israelíes o albergan familias desplazadas. Las agencias de ayuda humanitaria también están tratando de ampliar sus actividades. La portavoz del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Abeer Etefa, aseguró el viernes en una rueda de prensa que están comenzando a llegar a familias que han soportado meses de asedio, desplazamiento y hambre, provocado por el ejército israelí, y describió la fase actual como “un momento de cautelosa esperanza”. Desde la entrada en vigor de la tregua, han podido aumentar los suministros enviados a Gaza y han podido reabrir algunos puntos de distribución de alimentos, además de panaderías, más cerca de personas especialmente vulnerables. Palestinos desplazados que regresan al barrio de Al Gabari de Ciudad de Gaza, este sábado. Khalil Ramzi Alkahlut (Anadolu/Getty Images)El volumen de ayuda que Israel permite entrar en Gaza, sin embargo, se encuentra aún por debajo del necesario. La portavoz del PMA reconoció que, pese a los avances, tomará tiempo reducir la hambruna provocada en el territorio. Señaló también que los mayores desafíos a los que se enfrentan son que Israel sigue limitando el acceso a Gaza a dos cruces, ninguno de ellos en el norte, una de las zonas más castigadas, y que sus procesos de inspección siguen siendo lentos. La destrucción y el bloqueo de carreteras dificulta igualmente el movimiento. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha desplegado por su parte equipos para ayudar a reforzar la atención médica en Gaza y está trabajando para reactivar nuevas operaciones en el hospital de Al Shifa, que antes de la guerra era el mayor centro hospitalario de la Franja. Con todo, todavía se calcula que, debido a la destrucción del sistema de salud en el enclave, más de 15.000 personas requieren evacuación médica para ser tratados en el exterior y más de 150.000 presentan heridas que no pueden tratarse en Gaza por la falta de recursos. Palestinos se apresuran hacia los camiones que transportan ayuda del Programa Mundial de Alimentos mientras pasan por Deir Al Balah, en el centro de Gaza, el miércoles.Abdel Kareem Hana (AP)Ataque israelíEn este contexto, el ejército israelí ha continuado atacando la Franja pese al alto el fuego en vigor. El viernes mataron a 11 miembros de una familia, incluidos siete niños y dos mujeres, en un ataque contra el vehículo en el que viajaban en el este de Ciudad de Gaza, según el portavoz del cuerpo de protección civil local, Mahmud Basal. Se trató del incidente más letal desde el inicio de la tregua, durante la que Israel ha matado a cerca de 30 personas. La familia fue atacada después de cruzar, probablemente de forma inadvertida, la llamada línea amarilla que delimita la posición a la que se retiraron las tropas israelíes con la entrada en vigor del alto el fuego. Basal lamentó que “habría sido posible advertirles o lidiar con ellos de una manera que no hubiera provocado su muerte”. Mucha gente en Gaza desconoce las demarcaciones exactas impuestas por el ejército israelí como zonas de no acceso. El portavoz del cuerpo de protección civil de Gaza anunció también el viernes que sus equipos han recuperado hasta la fecha más de 280 cadáveres de entre los escombros de la Franja, bajo los que estima que yacen unos 10.000 muertos. Basal afirmó que trabajan en condiciones extremadamente difíciles y que continúan recibiendo decenas de llamadas al día de familiares que están buscando a seres queridos. El palestino criticó además la “clara dualidad” en la postura de la comunidad internacional por su compromiso con la recuperación de los cuerpos de cadáveres israelíes “mientras ignora” a los palestinos “enterrados bajo escombros”. Vista aérea de un cementerio tras el alto el fuego entre Israel y Hamás en Jan Yunis (Gaza).Muhammed Eslayeh (Anadolu/Getty Images)

Gaza intenta recuperar cierta normalidad entre ataques y restricciones de Israel | Internacional
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