Con 32 años, John Fitzgerald Kennedy ya era miembro de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos. A la misma edad, Robert Bob Kennedy era asesor del presidente y Edward Ted Kennedy era senador. A sus 32 años, John Bouvier Kennedy Schlossberg, más conocido como Jack, es un exitoso creador de contenido. El único nieto varón de JFK tiene más de un millón y medio de seguidores entre TikTok e Instagram y un programa en YouTube, Test Drive, en el que desmenuza con irreverente humor la actualidad, desde los aranceles de Donald Trump hasta la polémica campaña de Sydney Sweeney para la marca de ropa American Eagle. Los vídeos de Schlossberg nunca pasan desapercibidos y muchas veces provocan desconcierto. Un día está tomando clases de ballet o montando en patinete mientras recita versos de Lord Byron y al siguiente está criticando a Ryan Murphy por hacer una serie de televisión sobre su tío, el fallecido John F. Kennedy Jr., sin haber consultado a su familia. Casi siempre arremete contra Trump o contra su propio primo, Robert Kennedy Jr., el polémico activista antivacunas al que el presidente estadounidense nombró secretario de Salud. Más informaciónPero no todo son reproches y críticas en sus redes. Hace poco elogió el estilo de Felipe VI. “Pasé un verano en España cuando estaba en octavo grado y viajé por todo el país. Tengo recuerdos muy divertidos y sí, creo que el rey de España luce increíblemente bien”, afirma Schlossberg en conversación por videollamada con EL PAÍS desde su furgoneta Chevy, aparcada en algún rincón de Massachusetts, cuna de los Kennedy.Su intención es aportar algo de ligereza y humor en un momento grave para la política estadounidense. Pero desde el triunfo de Donald Trump en las elecciones de 2024, sus críticas al gobierno han ido in crescendo. Hace algunas semanas, por ejemplo, se disfrazó de Melania Trump —con peluca rubia y acento extranjero incluidos— y se grabó leyendo la carta pacifista que la primera dama envió a Putin durante la cumbre ruso-estadounidense en Alaska. “La primera reacción de los medios a la carta fue: ‘Oh, la primera dama se interesa por los niños ucranianos’. Eso demostró que mucha gente no la había leído. No dice la palabra Ucrania en ningún momento. Me coloqué una peluca y puse esa voz estúpida para que la gente leyera sus palabras”, explica. “La imitación que hice quizá fue divertida, quizá fue chocante, pero al final sirvió para que la gente se viera forzada a ver lo que ella había dicho y se planteara si fue o no una buena idea enviar esa carta”.Jack Schlossberg se ha afeitado la cabeza este verano. Aunque se ha deshecho de su mata de pelo oscuro tan Kennedy, conserva la figura atlética, la mandíbula marcada, la elocuencia y el sex appeal de los hombres de su familia. Su parodia de Melania Trump se hizo viral en las redes. La imagen del nieto de JFK travestido también llamó la atención de los grandes medios de comunicación. La prensa trumpista intenta hacerlo pasar por un loco y lo suele comparar con Edith Bouvier, una prima excéntrica de su abuela, Jacqueline Kennedy Onassis, que vivió sus últimos años recluida en una casa destartalada en los Hamptons. La prensa progresista tampoco termina de comprenderlo.A él no le importa si la opinión pública se ofende o si algunos lo consideran un freak. Dice que es intencional, una forma de llegar al público más joven, una generación que se aburre fácilmente y que siempre está en busca de un poco de humor. ¿Y qué opina su familia sobre los contenidos que comparte en redes? “Ummm… No voy a hablar en nombre de mi familia. Pero yo diría que algunas de las cosas más graciosas que he hecho las he hecho con ellos al lado”, responde.El heredero de la dinastía política más famosa de Estados Unidos sostiene que el Jack que vemos en TikTok e Instagram es un personaje. Entonces, ¿quién es el verdadero Jack? “Me han llamado un ganso tonto y un provocador, así que creo que estoy en algún punto intermedio”, apunta. “Todo lo que hago en las redes tiene un propósito: atraer la atención sobre los problemas serios a los que se enfrenta mi país con la administración Trump”.Jack Schlossberg como invitado de Jimmy Kimmel (también muy contrario a Trump) en su programa, ‘Jimmy Kimmel Live!’.Randy Holmes (Disney)En las distancias cortas, cuando no está grabando uno de sus disparatados vídeos, Schlossberg habla seriamente. La guerra en Ucrania es un asunto que le toca de cerca. La familia de su padre es judía y ucraniana, oriunda de la ciudad de Poltava, considerada como el centro espiritual de ese país. No cree que Trump vaya a acabar con el conflicto. “No creo nada de lo que dice Trump. Miente cada día desde el Despacho Oval al pueblo americano. Más que prestar atención a lo que dice, hay que fijarse en lo que ha hecho hasta ahora. Su reunión con Zelenski en la Casa Blanca a comienzos de este año fue una de las cosas más horripilantes que vi en mi vida. Mientras tanto, da el trato opuesto a Putin”.Fue educado en el catolicismo de su madre, pero también en las tradiciones judías de su padre. Está abiertamente en contra de la invasión israelí de Gaza y del asedio al que está siendo sometido el pueblo palestino. “No apoyo la política militar de Israel. Creo que es absolutamente tremendo lo que está ocurriendo. Me molesta que el judaísmo esté implicado de alguna manera en algo semejante. Y me siento frustrado porque mi país no termina de aclarar cuál es su posición”, dice. “El antisemitismo está al alza en Estados Unidos y me tomo muy en serio mi orgullo judío. Dicho esto, las imágenes y las informaciones que nos llegan de Gaza son angustiantes”.Hijo de la diplomática Caroline Bouvier Kennedy (embajadora de Obama en Japón y de Biden en Australia) y del prestigioso artista y diseñador Edwin Arthur Schlossberg, Jack se crio entre algodones en el Upper East Side, el barrio más elitista de Nueva York. Estudió en el Collegiate School, la escuela privada más antigua de Estados Unidos, la misma donde estudió su tío John John Kennedy. Pasó los veranos de su infancia y adolescencia entre Martha’s Vineyard y la casa de su familia en Hyannis Port, en Cape Cod; estudió Historia en Yale e hizo un doctorado en jurisprudencia y una maestría en administración de empresas en Harvard. En 2023, aprobó el examen de abogado del estado de Nueva York en su primer intento. Muy pocos lo consiguen a la primera. Obtuvo una puntuación en el 1% superior con un 332. Con ese currículum y los contactos de su familia podría ser un abogado de éxito en un gran despacho de Nueva York o una joven promesa de la política en Washington. “La política es lo que me interesa. Quién sabe, quizá en el futuro…”, dice. “Hace dos años estaba en una biblioteca, sepultado por libros. Si hace dos años me dices que iba a ser una sensación en las redes sociales, te habría contestado que estás loco. No tengo la menor idea de lo que va a pasar en el futuro”. No siente presión por entrar en política. “Pero sí me preocupa genuinamente mi país porque mi familia luchó y murió por conseguir un país mejor. Para mí todo es política. Así veo el mundo”. El presidente Barack Obama estrecha la mano de Jack Schlossberg, nieto del presidente John F. Kennedy, durante una cena en honor a los galardonados con la Medalla de la Libertad en el Museo Nacional de Historia Americana del Smithsonian el 20 de noviembre de 2013, en WashingtonKevin Dietsch/Pool (Kevin Dietsch/Pool/Startraksphoto.com / Cordon Press)Que el nieto de John Fitzgerald Kennedy, el primer presidente televisivo de la historia, esté todo el día en internet no parece una idea tan descabellada. “Mi abuelo utilizó la tele de manera efectiva y aprovechó los nuevos medios para comunicarse con el pueblo estadounidense. Creo que hoy estaría en todas las redes, aunque quizá no sabría cómo usar un teléfono móvil. No lo sé…”, reflexiona.Su cruzada contra Trump comenzó durante la campaña de Biden por las presidenciales de 2024. Apoyó al presidente demócrata y a Kamala Harris. Tras la victoria del magnate inmobiliario, comprendió que tenía que ir más allá para captar la atención de los jóvenes. “Tengo que admitir que en lo que respecta a sentido del humor, los demócratas no asumen riesgos. No es fácil hacer que las cosas sean graciosas. De hecho, es difícil”, reconoce. Cree que el Partido Demócrata necesita una mejor estrategia en las redes para asegurarse que la gente comprenda por qué es importante seguir defendiendo ideales progresistas tan esenciales como la libertad reproductiva, el matrimonio igualitario o los derechos de los inmigrantes.Esta semana, por ejemplo, aprovechó la celebración del Día del Trabajo en Estados Unidos para hacer un vídeo en el que recordó que el gobierno de Trump está despojando a los trabajadores de sus derechos (el presidente dio en mayo una orden ejecutiva para eliminar la protección sindical de cientos de miles de funcionarios alegando motivos de seguridad nacional). Este mismo día, publicó otro vídeo denunciando que los estadounidenses comen 26 millones de pollos diarios y que se matan a nueve mil millones de aves de este tipo cada año. Además de sus intervenciones en TikTok, Instagram y YouTube, Schlossberg es muy activo en la red X. Muchos usuarios progresistas han huido de la plataforma de Elon Musk, cansados de la propagación de bulos, insultos y consignas extremistas de ultraderecha. Él no está de acuerdo. “No puedes irte del sitio donde ellos están esparciendo la información. No puedes irte porque no quieres oír lo que dicen. Todo lo que dice el otro lado es para ganar votos, así que es importante prestar atención y estar ahí”, señala.Durante generaciones, los estadounidenses han dado un trato indulgente y reverencial a los Kennedy, una saga rica, atractiva, poderosa y trágica. Hay cierta nostalgia por la presidencia de JFK. Los americanos suelen comparar esa época con el reino de Camelot. Ryan Murphy prepara una serie sobre John John Kennedy y la CNN está emitiendo un documental sobre el hijo del presidente, fallecido en un accidente aéreo en 1999. “Ahora que algunos cuestionan y atacan nuestra historia progresista, es normal que la gente mire hacia atrás”, reflexiona Jack.Trump parece decidido a acabar con esa indulgencia hacia esta dinastía. Se ha hecho con el control del Centro Kennedy para las Artes Escénicas de Washington para, según él, “cambiar el arte woke por el patriótico”, y ha amenazado con añadir su nombre a la institución y con convertir la compañía de ópera del Kennedy Center en la Melania Trump Opera House. El presidente también ha destruido la icónica rosaleda que creó Jacqueline Kennedy en el ala oeste de la Casa Blanca en 1961 y ha ordenado desclasificar miles de documentos y archivos sobre JFK. Schlossberg califica esa última medida como “una gran maniobra de distracción, algo asqueroso”. “No pretendo saber qué hay en su cabeza. Pero sí he notado que está obsesionado con mis abuelos y con pasar por encima su nombre”, dice. “Trump intenta menoscabar a los héroes de nuestro pasado para elevarse él, pero creo que al final consigue lo opuesto”.Schlossberg afirma que en Estados Unidos cada vez hay más miedo a alzar la voz contra Trump. “El año pasado seguí la campaña presidencial para la revista Vogue. En ese momento, Prada me enviaba bolsos, las marcas me regalaban ropa… En cuanto Trump ganó, todos dieron un paso atrás”, recuerda. “Ya hemos visto cómo opera él. Amenaza todo el tiempo a los CEO de las empresas y todo el mundo a lo largo y ancho del país piensa en sus intereses. Nadie quiere asumir riesgos”.Por momentos se parece a su tío, John Kennedy Jr., el carismático y atractivo editor que revolucionó el panorama mediático de los años noventa con la revista George. Él no se ve ningún parecido físico con el hermano de su madre. “Yo creo que me parezco mucho a mi padre. Mi tío es un héroe para mí, alguien a quien sigo y que recuerdo desde niño. Lo echo de menos todo el rato. Era un genio de los medios. Creo que tengo mucho que aprender de él… Pero me gustaría decir que soy mucho más fuerte que mi tío. Estoy en mejor forma que él”, dice con su particular sentido del humor.Ahora quiere recorrer con su furgoneta Chevy el sur de Estados Unidos para visitar algunos de los lugares más castigados por los recortes del gobierno republicano. “Definitivamente yo también tengo mucho miedo a Trump”, reconoce. “Pero no quiero que ese miedo me detenga. No quiero callarme”.
Jack Schlossberg, el rebelde con causa de los Kennedy: “Trump está obsesionado con mis abuelos” | Gente
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