La Asociación de Bancos de México (ABM) ha confirmado este jueves que las tres entidades mexicanas señaladas por el Gobierno de Estados Unidos de lavado de dinero para el narcotráfico han dejado de operar. Los bancos Intercam y CIBanco, así como la casa de bolsa Vector, han sido aislados del sistema bancario mexicano y cada uno ha comenzado un proceso de desmantelamiento desde que en junio el Departamento de Tesoro estadounidense emprendiera acusaciones contra las tres. “Todo el proceso fue muy ordenado. Las autoridades trabajaron muy bien, nos mantuvieron informados e hicieron una transición muy buena. Todo aterrizó de la manera en que tenía que aterrizar“, comentó Jorge Arturo Arce, vicepresidente de la ABM, para confirmar el fin de las operaciones de los bancos. Esta semana venció el plazo que el Gobierno de Estados Unidos había dado a su contraparte en México para revisar las operaciones ilícitas de las tres instituciones y tomar medidas al respecto. Las autoridades mexicanas buscaron calmar la tensión al confirmar que estas entidades representaban menos del 2% de los activos financieros del país. También se aseguraron de verificar que otros bancos de México no estuvieran involucrados en narcolavado. “Ese capítulo se quedó ahí, ahí acabó, pero eso no quiere decir que no tengamos que seguir trabajando como gremio, como bancos, en mejorar nuestros estándares continuamente porque este tipo de preocupaciones continúan”, ha añadido Arce. La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) ha comenzado por retirar la licencia de operación a CI Banco, que a su vez vendió su negocio fiduciario a Banco Multiva y su cartera automotriz a BanCoppel. Kapital Bank adquirió los activos de Intercam y por su parte Vector, propiedad del exasesor presidencial Alfonso Romo, anunció la transferencia de activos y clientes a Finamex. Arce ha señalado que los procesos de cierre de las entidades se están llevando a cabo y que si existe alguna operación pendiente debe ser “residual”. Los banqueros mexicanos han conseguido sortear la investigación que Washington ha emprendido alrededor de las operaciones financieras relacionadas con el narcotráfico. Esta no es la primera vez que un banco es señalado en México de incurrir en actividades ilícitas: en 2012, el británico HSBC pagó una multa de 1.900 millones de dólares y reconoció que a través de sus sistemas algunos miembros de los carteles sostuvieron su negocio de tráfico de drogas. El escándalo, sin embargo, terminó en una multa y no en el cierre de la entidad. Ahora, el Gobierno mexicano ha sido tajante y ha revisado en tiempo récord los tres bancos, los ha aislado y ha desmantelado sus operaciones para evitar un contagio en el sistema bancario mexicano. Hasta ahora, se desconoce si el Tesoro estadounidense tiene en la mira a otras instituciones en el país.

Shares: