La fotógrafa mexicana Graciela Iturbide (Ciudad de México, 83 años) ha sido distinguida este viernes con el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2025 por su “mundo hipnótico, que parece situarse en el umbral entre la realidad más cruda y la gracia de una magia espontánea”, ha informado el jurado. Iturbide es dueña de una mirada antropológica —“fotografío cuando me sorprendo”, decía en una entrevista a EL PAÍS en 2018— en la que ha retratado la realidad social mexicana y suma medio siglo de trayectoria de una poderosa fotografía en blanco y negro, en la que se ha fijado de manera especial en las comunidades indígenas mexicanas. Su serie sobre las mujeres de Juchitán, en el Estado de Oaxaca, con las que convivió largo tiempo, es su trabajo más celebrado. Por su objetivo han pasado también dos de sus obsesiones, los pájaros y las plantas. Más informaciónEn la decisión adoptada por el jurado del premio es lógico pensar que ha pesado la presencia de la fotógrafa española Isabel Muñoz y de la exdirectora de PHotoEspaña, Claude Bussac para una candidatura propuesta por el embajador de España en México, Juan Duarte Cuadrado. Se presentaron 49 candidaturas de 19 nacionalidades.Nacida el 16 de mayo de 1942, las imágenes de María Graciela del Carmen Iturbide Guerra se caracterizan por el simbolismo —los pájaros representan la libertad— y por un aire fantástico, aunque ella siempre ha rechazado con contundencia la etiqueta de “realismo mágico”. “Eso lo dicen otros para ganar dinero”, aseguraba. La fotografía más conocida de su obra es, sin duda, Nuestra Señora de las Iguanas, que tomó en Juchitán, en 1979. En ella, una mujer, Sobeida Díaz, posó con las iguanas que llevaba al mercado para su venta como si fuera una Medusa actual, con varios reptiles sobre su cabeza. Otra es Mujer ángel, en la que se ve a una figura espectral caminando por el desierto con un transistor.’Cristina tomando fotos’ (White Fence, Los Ángeles, 1986), imagen de Graciela Iturbide.Graciela IturbideTambién sobresale el trabajo que realizó del baño de Frida Kahlo en la Casa Azul, en la que vivió la artista. Cuando esta murió en 1954, su pareja, el pintor Diego Rivera, cerró ese baño que contenía objetos y documentos de Kahlo: corsés, zapatos ortopédicos, los medicamentos… En 2004 se volvió a abrir esa estancia e Iturbide fue invitada a fotografiarla para descubrir sus secretos. En su trayectoria también se ha autorretratado en numerosas ocasiones. Fotógrafa por su inquietud para conocer mundo, Iturbide nació en una familia muy conservadora, se casó joven, tuvo tres hijos, “seguiditos”, y se separó, lo que le acarreó una etapa de pobreza. Su vida dio el gran giro cuando se inscribió en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde empezó a asistir a las clases del gran fotógrafo Manuel Álvarez Bravo (“no hay prisa, no hay prisa”, era el lema del maestro). Aunque ella, en principio, quería ser cineasta y llegó a filmar dos películas. Después de trabajar de asistente de Álvarez Bravo, se adentró por todo México a través de su arqueología, sus fiestas, sus mujeres… en un momento en que precisamente una mujer con una cámara no estaba ni bien visto. Sin embargo, ahí empezó una obra que se ha caracterizado por ser realizada con la técnica analógica y en blanco y negro. “Cuando he hecho cosas en color me parecía Disneylandia, todo mentira”, ha contado con humor.’Mujer Ángel’, una de las fotografías icónicas de Graciela Iturbide.Graciela IturbideEn los años setenta viajó por Latinoamérica, principalmente por Cuba y Panamá, y en 1978 fue comisionada por el Archivo Etnográfico del Instituto Nacional Indigenista de México para documentar la población indígena del país. De ahí nació su libro Juchitán de las mujeres, de 1989. Posteriormente, prosiguió su labor en Alemania Oriental, India, Madagascar, Hungría, Francia y Estados Unidos.La obra de Iturbide se ha expuesto en el Pompidou parisino, el San Francisco Museum of Modern Art, el Paul Getty Museum o la Fundación Mapfre de Madrid, en 2009. Además del premio con el que se la ha distinguido hoy, recibió el Hasselblad, en 2008, uno de los más prestigiosos de la fotografía internacional.
La galardonada ha desarrollado una trayectoria de medio siglo en la que su mirada antropológica se ha centrado en las comunidades indígenas y en las plantas y los pájaros: La fotógrafa mexicana Graciela Iturbide, distinguida con el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2025 | Cultura
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