Las seis universidades públicas de Madrid sobreviven como pueden, como si aún España no hubiese salido de la crisis de deuda de 2012, por la asfixia financiera a la que les somete desde entonces la Comunidad de Madrid. Los rectores alertan de que está en juego el futuro de las nuevas generaciones y una España menos competitiva en 2050. Pero la Complutense, la universidad presencial más grande de España (61.000 estudiantes), tiene el drama ya encima: o el Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso le concede un préstamo de 34,4 millones o sus 11.400 trabajadores no cobrarán ni el sueldo de diciembre, ni la extra de Navidad. “Si no nos dan el crédito, nuestra situación es insostenible y eso también lo sabe la Comunidad”, resume un decano.Mientras el Gobierno madrileño vende el préstamo como una “demostración de que la Comunidad de Madrid siempre va a estar cerca de todas y cada una de sus universidades”, para los afectados es una deuda histórica. El crédito supuestamente llegará esta semana, pero también en su plan el rectorado tiene que hacer “ajustes” para “equilibrar las cuentas” y la propuesta de la UCM no convence a Ayuso. “La Comunidad de Madrid nos asfixia económicamente para tener la excusa e intervenirnos”, argumentó un exrector hace dos años. Ahora la palabra “intervención” está en boca de medio campus, que se prepara para nuevas movilizaciones tras haber concentrado sus protestas en la masacre en Gaza.Este año no hay una partida de ayuda a los grupos de investigación (700.000 euros), no se han convocado las ayudas de innovación docente, los profesores asociados o sustitutos tardan en contratarse y se mantiene el recorte del 35% en los presupuestos de los decanatos, que se decretó en diciembre de 2024. Los estudiantes del grado de Biología ya no van a los Pirineos de prácticas, sino en transporte público a la Casa de Campo o El Pardo. Hay profesores que destinan parte de su propio presupuesto para investigación a “dignificar” los experimentos de sus alumnos. Investigadores que el pasado curso se fueron con el programa Erasmus aseguran que no han recibido la ayuda, o 76 “doctores emergentes” se están repartiendo 2,6 millones en proyectos científicos con una demora de nueve meses. Es un suma y sigue de malas noticias.Pese a todo, se ha logrado mantener los precios de las instalaciones deportivas y apenas ha crecido en 30 euros al mes el de los colegios mayores. Tampoco se ha anunciado la eliminación de ningún grado. Se han salvado de la quema, por ahora, aunque se barajó la supresión de algunos en noviembre de 2024.En 2024, la UCM recibió 412,4 millones para transferencias corrientes ―con el objetivo de pagar las nóminas y los suministros, el grueso de la financiación de una universidad―, 14,75 millones menos que lo que la Comunidad le entregó en 2010 y 2011 (en torno a un 2% llega de corporaciones locales, la Administración del Estado o empresas privadas). La crisis se llevó por delante esas cifras. No se repuso a quien se jubilaba, ni se convocaron apenas plazas para subir de escalafón, de forma que la partida bajó hasta los 307,33 millones en 2014. Desde entonces la partida no ha dejado de subir ―a ello se agarran los dirigentes del PP regional―, pero de una forma tan pírrica que ni siquiera se ha vuelto a la casilla de 2010. Desde 2007, las transferencias han crecido un 5% y la inflación un 44%. “Como el rector no nos cuenta, no puedo reunir a mi Junta de Facultad para explicarles la dimensión del problema”, se queja un decano. La UCM tiene este curso (datos provisionales) 1.400 trabajadores más y 14.600 estudiantes menos que en el 2016-2017, cuando la universidad tocó fondo en el tamaño de la plantilla. Bolonia obliga a una enseñanza personalizada, con grupos mucho más pequeños que en los años ochenta o noventa. Además, la precariedad se ha extendido por todo el sistema público en España, con un porcentaje elevadísimo de profesores falsos asociados a tiempo parcial que cobran 500 euros.”En 2022, Madrid registraba, por el lado de los ingresos, la mayor ratio entre la recaudación por precios públicos y el alumnado y la ratio más reducida entre las transferencias recibidas de su comunidad autónoma y los estudiantes”, se expresa en el análisis Las universidades españolas. Una perspectiva autonómica. 2025, de la Fundación Conocimiento y Desarrollo.Un decano describe el escenario como “extremadamente preocupante”. La Comunidad asegura que en febrero “alertó” al rectorado de la necesidad de hacer “ajustes”. El lunes 6 de octubre, Joaquín Goyache, rector de la UCM, se reunió con los decanos y cundió el pánico. Este diario recibió media decena de mensajes que corrían por los grupos de whastapp: “La Comunidad ha rechazado el crédito porque el informe de viabilidad que ha presentado el rector es infumable. Así que les pide [a los decanos] el apoyo, que no gasten, que daremos muchísimas clases y que habrá despidos”.Ante la “desinformación”, Goyache optó el pasado lunes por enviar una carta a sus empleados y alumnos que deja todos los interrogantes abiertos: “La Comunidad nos ha solicitado más información, que se está elaborando y se remitirá (…). La Comunidad no ha comunicado su rechazo”. El rectorado, que se acaba de personar como perjudicada en la causa contra su exprofesora y mujer del presidente Begoña Gómez, ha declinado contestar a las preguntas de EL PAÍS. Tampoco lo han hecho los decanos a través de su conferencia. Muchos de ellos alentaron la huelga del 28 de abril, que paralizó la actividad y hasta Goyache se felicitó del éxito. La Consejería de Educación tampoco contesta a las preguntas de este diario. Se desconoce el tipo de interés del crédito ―menor que en la empresa privada― y el plazo para devolverlo. “Es un préstamo para que pueda hacer frente a las obligaciones con terceros [proveedores] y el pago de las nóminas de fin de año”, explicó en la última rueda de prensa el portavoz del Gobierno regional Miguel Ángel García. Goyache no habla del destino del dinero.El consejero de Educación, Emilio Viciana, ha dejado caer que la clave está en el número de trabajadores. Recuerda que la Comunidad ya concedió en 2013 un crédito de 78 millones a la UCM y la Politécnica. Y que esta última “congeló” las contrataciones durante muchos años para devolver el préstamo. “Se necesita una actuación de la Comunidad para poder reflotar la universidad y espero que las condiciones del crédito sean lo suficientemente asumibles para que no se vea perjudicada la actividad académica e investigadora”, confía el químico José Manuel Pingarrón, exvicerrector en la institución y exsecretario general de Universidades. Ahora ha vuelto al aula.Los sueldos se completan con las matrículas¿Cómo se ha llegado a esa situación de números rojos? El rectorado habla de los costes energéticos, de la inflación y de “actualizar los modelos de financiación”, sin querer entrar en el meollo: se ha estado pagando sueldos con las matrículas universitarias, pero ya no es suficiente. En 2023, Goyache estableció en EL PAÍS un símil que no ha caducado: “Es como si el alcalde de Madrid pagase el 80% del sueldo de la Policía Municipal y el resto lo tuviesen que cubrir con multas. Complementamos ese déficit [para abonar las nóminas] con los precios públicos que pagan los estudiantes”.A diferencia de la Universidad Autónoma, que también recibe la partida para salarios de 2009, la UCM ha ido reponiendo a los profesores jubilados desde que el Gobierno central lo autorizó y, sobre todo, sacó un gran número de plazas de ayudante doctor, de forma que su plantilla ha ido engordando sin sostén económico. A ello hay que sumar el pago de los complementos de antigüedad (trienios) y de producción científica (sexenios), que no paran de subir, aumentando cada año el desfase entre la partida para nóminas y los gastos reales.Cientos de tesis doctorales forman las palabras “Uni Pública” en el estadio de la Complutense, el pasado mayo.Alvaro Garcia¿Cómo han logrado sobrevivir? El Tribunal Supremo condenó en 2020 a la Comunidad de Madrid a abonar 574 millones a las cinco universidades públicas, porque Esperanza Aguirre incumplió los planes de inversión en infraestructuras. Y ese colchón ha servido para tapar el déficit de la UCM hasta 2024. Ahora hay un descubierto de más de 30 millones en Tesorería. Viciana se enorgulleció en el último pleno de que “la Comunidad de Madrid hace cada año un esfuerzo presupuestario que pocas regiones logran, no solo en España, sino en la Unión Europea”. Ni Ayuso se atreve ya a defender tal afirmación. La oposición no dejó escapar la ocasión de atacarle. “Se han pasado años dando a la Complutense dos millones para 150 edificios, cuando se gastan eso en cuatro conciertos”, arguyó el diputado de Más Madrid Antonio Sánchez. Horacio Díaz Contreras, del PSOE, pidió directamente que el problema se resuelva con una transferencia de fondos. No parece la vía que tiene en mente la Comunidad.

La ruina de la mayor universidad de España: la Complutense ya no puede ni pagar las nóminas a menos que logre un crédito | Educación
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