México mira con recelo el despliegue de tropas estadounidenses en la frontera compartida. Donald Trump ha ordenado que el Ejército tome una franja de 18 metros de ancho que abarca tierras de California, Nuevo México y Arizona, una de tantas medidas de su Administración encaminadas a detener migrantes en un momento en el que los cruces irregulares están en mínimos históricos. El anunció ha inquietado a sus vecinos del sur, alerta ante posibles violaciones de su soberanía. La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, ha asegurado este miércoles que ya se ha movilizado para garantizar que los militares no crucen a territorio mexicano. “Hay diálogo” con Estados Unidos, ha garantizado, “y también enviamos una nota diplomática” para recordar a Washington que “no traspasara la frontera y que siguiera habiendo la misma colaboración que ha habido hasta ahora en materia de seguridad”.A la pregunta de una periodista durante su conferencia diaria de prensa, la Mañanera, Sheinbaum ha señalado que el envío de tropas ha sido una decisión puramente estadounidense, “de ellos, autónoma, en su propio territorio. No sabemos si es para seguir construyendo el muro o cuál sea el objetivo, pero de todas maneras nosotros lo que pedimos siempre es respeto y coordinación”, ha reiterado la presidenta. La noche anterior, Fox News difundió una entrevista con Trump, grabada el lunes, pero publicada el martes, en la que el mandatario elaboraba su diagnóstico sobre la violencia en el país vecino: “México tiene, creo, mucho, mucho miedo de los carteles”. Las organizaciones criminales mexicanas, a las que el republicano ha designado como terroristas, son una de sus grandes obsesiones: las culpa del tráfico de fentanilo y de migrantes hacia su territorio y ha condicionado el rumbo de la relación bilateral a que México tomara acciones drásticas parar mermar su poder.El despliegue de militares en la frontera estadounidense no solo ha causado inquietud en México. En Estados Unidos también se han alzado voces críticas que argumentan que la decisión presidencial atenta contra la Ley Posse Comitatus, un decreto del siglo XIX diseñado para evitar que el Gobierno pueda utilizar al Ejército y la Fuerza Aérea como agentes del orden público salvo en casos específicos, aprobados previamente por la Constitución o el Congreso. Se espera que las organizaciones de derechos humanos impugnen la medida en los tribunales. El Pentágono está revisando la iniciativa, pero según la agencia AP la orden presidencial es que los soldados puedan detener migrantes incluso mientras el Departamento de Defensa ejecuta su evaluación, bajo la lógica de que “nuestra frontera sur está bajo ataque de una variedad de amenazas”, defendía la Casa Blanca en un comunicado el martes.Militares estadounidenses sobrevuelan la frontera sur en un helicóptero Blackhawk en Douglas, Arizona.Ross D. Franklin (AP)Trump incidió en esa idea durante su entrevista: “De hecho, creo que los carteles controlan grandes zonas de México. Y no quiero decir eso, porque me llevo muy bien con la presidenta”. Las declaraciones del magnate respecto a México han sido volubles desde que fue investido presidente en enero: a veces dice que no está contento con ellos, otras que sus vecinos se han aprovechado de Estados Unidos, esgrime amenazas de guerra comercial en su contra o, como esta vez, celebra a su homóloga mientras abunda en sus ideas sobre los carteles mexicanos y la necesidad de militarizar la frontera: “Conmigo, la nueva presidenta, que es una mujer muy buena, tengo que decir que la relación es muy buena, y queremos ayudarla, y queremos ayudar a México, porque no se puede gobernar un país así. Simplemente no se puede. [Los carteles] han hecho una fortuna. Ahora, diré que se ha recortado mucho, debido a la frontera. La frontera es muy segura ahora mismo. Y no necesitábamos legislación. Necesitábamos un presidente que dijera: ‘Se acabó. No va a entrar más gente”.La franja donde Trump desplegará a los militares se conoce como Reserva Roosevelt y era administrada hasta este momento por el Departamento de Interior, que la transferirá al Departamento de Defensa. En 2019, durante su primer mandato presidencial (2016-2010), el republicano ya había aplicado medidas similares: entonces, cedió 560 acres (unas 230 hectáreas) al Ejército. Ahora, el terreno otorgado es mucho mayor: 110.000 acres (más de 44.000 hectáreas). La Reserva fue establecida por el expresidente Theodore Roosevelt para asegurar la seguridad fronteriza en 1907.En su entrevista, Trump volvió a jugar con la idea del muro fronterizo, que si no ha conseguido erigir con cemento, sí ha puesto en pie con medidas legales y políticas en su territorio y presiones a México, convertido desde hace años en su gendarme migratorio, ya sea con presidentes republicanos o demócratas, como el antecesor de Trump, Joe Biden. “Ya sabes, los muros funcionan”, aseguraba Trump. Una de las primeras medidas que Sheinbaum se vio obligada a tomar es el envío de más de 10.000 militares mexicanos a la frontera para que actuaran como muralla de contención contra los migrantes y el tráfico de drogas. A Trump no le ha parecido suficiente y ha decidido que la línea necesita más soldados, esta vez desde su orilla del río Bravo.
México manda una nota diplomática a EE UU como queja por el despliegue militar en la frontera
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