Qué hacer con el Monumento a los Caídos de Pamplona, denominado inicialmente “Navarra a sus Muertos en la Cruzada”, es una pregunta que se ha repetido hasta la saciedad y que ha generado todo tipo de controversias. Hay quienes abogan por derribarlo, quienes defienden dejarlo como está y quienes apuestan por resignificar el inmueble. El tripartito municipal (EH Bildu, Geroa Bai y Contigo-Zurekin) y el PSN pactaron finalmente resignificar el monumento franquista más grande ubicado en un entorno urbano. Tras un largo trámite burocrático, la dirección general de Cultura-Institución Príncipe de Viana ha rebajado la protección del cuerpo central del edificio y ha eliminado la de las arquerías laterales y la cripta para favorecerlo. Tras analizar diferentes soluciones, un comité de 14 expertos de diferentes nacionalidades ha apostado por crear un museo-memorial, según han anunciado este jueves. Más informaciónEsta figura, presente en otros países, contempla la creación de un museo de historia contemporánea que conmemore los crímenes cometidos por el Estado contra grupos minoritarios. Además, el comité aboga por restar protagonismo a la cúpula y al tambor. En su interior, mantienen la idea de retirar los textos conmemorativos y la iconografía fascista y crear un centro de memoria democrática e interpretación del fascismo. Sus recomendaciones se incorporarán a las bases del concurso internacional de arquitectura que se convocará a principios de noviembre y del que surgirá el proyecto definitivo de resignificación. Se espera que el concurso esté resuelto durante el primer semestre de 2026.El comité desecha el derribo del inmueble porque “favorecería la memoria de los perpetradores”. En su informe reflejan que este monumento “representa un edificio singular y de gran importancia” porque “no hay otro similar en el Estado, ni siquiera el Valle de Cuelgamuros lo es porque en él predominan las víctimas, aunque fuera construido con otros objetivos”. Es una ocasión única, reivindican, para conocer a quienes instigaron y promovieron el golpe de Estado en Navarra. Por ejemplo, el general Mola, cuyos restos reposaron durante años en la cripta del inmueble. Interior de la cripta del Monumento a los Caídos de Pamplona donde se encontraban los restos de los generales Emilio Mola y José Sanjurjo.Jesus Diges (EFE)Por todo esto, los expertos defienden que “la conservación de los testimonios materiales de la represión es útil como herramienta de construcción de la memoria histórica”. Eso sí, consideran imprescindible que la transformación sea tanto externa como interna. Desde el punto de vista arquitectónico, expone la docente en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona, Nuria Ricart, “estamos delante de un objeto simbólico enormemente radioactivo, violento y de confrontación”. Se refiere al gran tamaño del inmueble y a su cúpula, que coronan la avenida peatonal más relevante de Pamplona. “Es un mastodonte opaco muy difícil de atravesar”, reconoce. Por ello, creen necesario que tanto la cúpula como el tambor del edificio pierdan protagonismo. Han planteado varias soluciones, como realizar un encapsulado —cubrir la cúpula con otro material—, construir un mirador en la terraza con acceso directo desde la calle o abrir un tragaluz en la cúpula. Tampoco rechazan la propuesta de los grupos municipales de eliminar las arquerías hasta la cota 0 de la plaza porque, recoge el texto, “representa una oportunidad de conexión de la trama urbana a nivel de espacio público”. No obstante, advierten de un “efecto adverso”: “El edificio adquiere mayor altura y, por tanto, mayor percepción de su desproporción”. Asimismo, apuntan que, al eliminar las arquerías, saldrían a la luz otras estructuras no visibles en la actualidad, como el túnel de acceso a la cripta donde estaban enterrados los generales franquistas Mola y Sanjurjo. “Se trata de un túnel enormemente simbólico por los usos que se han desarrollado en la cripta a lo largo de los años”, determinan. Como la nueva estructura debería tener en cuenta los usos y necesidades actuales del proyecto, creen conveniente construir edificios anexos que formen un conjunto arquitectónico “coherente”.En cuanto a la transformación interior, la idea es clara: museizarlo. En otras palabras, habilitar el edificio para actividades temporales, como exposiciones sobre las vulneraciones de derechos, y, fundamentalmente, para desarrollar una exposición permanente. En palabras de Fernando Mendiola, director del Fondo Documental de la Memoria Histórica de Navarra, esta propuesta debe articularse en tres ejes. El primero estaría vinculado a la propia historia del edificio: “Un proyecto megalómano y despilfarrador que nace en una posguerra marcada por el hambre, la miseria generalizada y la acumulación de la riqueza en manos de una élite. Este recorrido histórico llegará hasta el siglo XXI, haciéndose eco de la creciente movilización social memorialista y del proceso de creación del nuevo museo-memorial”. El segundo eje, añade, se centrará en “los perpetradores, en los verdugos y golpistas, empezando por los arquitectos y colaboradores del golpe y las matanzas consiguientes, los generales Sanjurjo y Mola. También se analizará de manera crítica la creación del concepto de ‘caídos’, entre los que se englobó a miles de jóvenes, voluntarios unos, forzados otros, que fueron utilizados como carne de cañón en el golpe de Estado; y se expondrán también las consecuencias de la consiguiente política represiva”. Por último, se aspira a abordar el concepto de “cruzada”. “Es un concepto marcado perfectamente en las pinturas de la cúpula, en las que se presenta una visión de la historia basada en la idea de guerra santa”. Cúpula del Monumento a los Caídos de Pamplona.Jesús Diges (EFE)En la práctica, todo esto se traduce en retirar los diferentes textos conmemorativos y las lápidas con los nombres de los caídos que hay colgados en las paredes. Además, quieren tamizar la cúpula para que no se vea directamente desde la base. Esto tiene un objetivo y es que se puedan observar las pinturas durante las visitas guiadas. Es decir, que exista una contextualización.Dado que se ha eliminado la protección, también sería posible actuar en la cripta del inmueble. En ella estuvieron enterrados durante años los restos de los generales franquistas Mola y Sanjurjo. En este punto, los expertos discrepan ligeramente del acuerdo alcanzado entre las formaciones municipales. Estas abogaban por demoler la cripta. En su lugar, el comité apuesta por eliminar todos los elementos funerarios y desacralizarla de forma integral, con el objetivo de usarla como lugar de exposiciones. Sobre el contenido de las exposiciones y la museización de los diferentes elementos, los expertos piden que el futuro museo se coordine con otros espacios memoriales de Navarra y que se articulen mecanismos de participación ciudadana con el fin de incluir, por ejemplo, a las asociaciones memorialistas que siguen defendiendo que la única solución es el derribo. Como estaba previsto en un inicio, el inmueble acogerá un centro de memoria democrática e interpretación del fascismo —que llevará el nombre de Maravillas Lamberto, en honor a una de las represaliadas más reconocidas de la comunidad—, que debe servir como una herramienta educativa y pedagógica. Y para ello, defienden, no hace falta esperar a concluir el proceso de resignificación. De hecho, proponen al Ayuntamiento la organización de visitas guiadas durante el transcurso de las obras para que la ciudadanía conozca los elementos que hay en la actualidad y los procesos de transformación que se vayan a acometer. Además, como estrategia de difusión, recomiendan crear una plataforma digital accesible y divulgativa donde se reproduzca el proyecto original, el contexto histórico, la interpretación de los elementos que lo componen y se explique quiénes eran personajes como Mola y Sanjurjo.

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