El asesinato de Jean Claude Bossard, un barranquillero de 29 años que regresaba a casa tras almorzar con sus compañeros en el norte de Bogotá, volvió a encender las alarmas sobre la reincidencia criminal. El menor de 16 años señalado de dispararle en medio de un hurto —y que aceptó cargos por homicidio agravado— había sido capturado en mayo por hurto calificado, admitió su responsabilidad, fue sancionado en octubre con libertad vigilada y cometió el crimen mientras cumplía esa medida.El homicidio ocurrió en apenas 28 segundos de forcejeo. Dos atracadores en moto abordaron a Bossard para robarle su celular y una cadena. Uno de ellos le disparó en el pecho. La reacción inmediata de un patrullero permitió abatir a uno de los delincuentes y capturar al menor, cuya trayectoria judicial expuso el fenómeno creciente del repunte de reincidentes este año.Según cifras del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) con corte al 5 de diciembre, solo en 2025 se han registrado 26.055 personas reincidentes, un 5 por ciento más que en 2024.En homicidio, el delito más grave, las cifras también crecieron: 7.808 casos este año frente a 7.500 del año anterior. Los registros muestran un mapa claro de dónde se concentra este fenómeno: Valle del Cauca (3.987 reincidentes), Bogotá (3.443), Antioquia (3.250), Santander (1.759), Boyacá (1.298) y Tolima (377).Jean en su graduación. Foto:Archivo particular/EL TIEMPOA esos números se suma la radiografía de las medidas impuestas: 21.593 reincidentes bajo detención intramural, 3.602 con detención domiciliaria y 855 bajo libertad vigilada. Decisiones judiciales que, como se evidencia en el caso del joven que asesinó a Bossard, no siempre logran su propósito.La eficacia del sistema tampoco da señales de mejora. Entre 2010 y 2025, el Spoa de la Fiscalía registró 510.079 procesos por homicidio simple, pero solo 46.775 alcanzaron la etapa de ejecución de penas. Esto significa que apenas el 10 por ciento de los casos llegó a una condena efectiva. Y 2025 sigue la misma tendencia: de las 26.052 investigaciones iniciadas por homicidio hasta el 3 de noviembre, únicamente 531 derivaron en sentencia, es decir, el 2 por ciento.Por ste crimen capturaron a un menor de edad. Foto:Freepik,Mientras tanto, los delincuentes reinciden con un ritmo que parece superar la capacidad institucional de respuesta. Los delitos con mayor número de reincidencias este año son hurto (13.663), porte ilegal de armas (8.609) y tráfico de estupefacientes (8.207).Las autoridades registran además casos que ilustran la gravedad de la situación. Eduar Alfonso Castro Daza, conocido como alias Máquina o el Negro, fue recapturado el martes 7 de octubre por el CTI de la Fiscalía, luego de que un juez lo dejara en libertad al ser procesado inicialmente por porte ilegal de armas. La Fiscalía revaluó el caso y cambió la tipificación a feminicidio, lo que permitió su aprehensión inmediata cuando estaba a punto de abandonar las instalaciones donde estaba retenido. Castro Daza es señalado de asesinar a su expareja, Kelly Jhoana de Arco, en hechos que conmocionaron al barrio Ciudadela 20 de Julio, en Barranquilla.En Bogotá, dos reincidentes con más de 17 anotaciones judiciales fueron detenidos al sur de la ciudad cuando se movilizaban en una camioneta reportada como hurtada. Los capturados, de 24 y 33 años, registran antecedentes por hurto calificado, violencia intrafamiliar, lesiones personales, falsedad marcaria y tráfico de estupefacientes. Ambos quedaron a disposición de la Fiscalía.mazo juez Foto:MAURICIO MORENOEn otro caso en Cartagena, la Policía capturó en el barrio El Carmelo a alias Brandon y ‘Nando’, quienes intentaban empeñar una cadena de oro presuntamente hurtada minutos antes a un ciudadano extranjero. Al ser registrados, les hallaron un revólver marca Cobra, dos cartuchos y la cadena. Según información policial, ambos presentan múltiples anotaciones judiciales e historial de reincidencia por delitos como porte ilegal de armas y hurto. La cadena, el arma, la motocicleta y los detenidos quedaron a disposición de la Fiscalía para las audiencias preliminares.A este cuadro se añade un elemento que preocupa cada vez más a expertos y operadores judiciales: las libertades por vencimiento de términos. Según la Corporación Excelencia en la Justicia, solo en 2024, 4.596 personas recuperaron su libertad bajo esta figura —muchas de ellas procesadas por hurto, concierto para delinquir, homicidio y porte de armas—. En promedio, el 7,5 por ciento de quienes tenían detención preventiva quedaron libres porque el proceso no avanzó dentro de los plazos: 60 días sin escrito de acusación, 120 días sin inicio de juicio, o 150 días sin lectura de fallo. LEA TAMBIÉN Para Andrés Pérez Velasco, subdirector de la Corporación Excelencia en la Justicia (CEJ) esta suma de factores termina configurando una especie de “tormenta perfecta” que se refleja en los porcentajes de impunidad. Propone revisar los procedimientos que hoy generan demoras innecesarias, establecer plazos estrictos para las audiencias y reducir drásticamente las causas de aplazamiento. También plantea fortalecer la presencia de personal técnico especializado y adoptar sistemas de gestión de casos que permitan priorizar expedientes de homicidio simple, especialmente aquellos que representan mayor riesgo para la sociedad.“Existen varias reformas clave que podrían fortalecer la capacidad del sistema para lograr que un mayor porcentaje de casos de homicidio simple lleguen a sentencia y ejecución: por ejemplo, revisar y ajustar los procedimientos que generan demoras innecesarias, como la excesiva cantidad de audiencias y la posibilidad de suspensiones reiteradas”, dijo.Policía Jean Claude Bossard Foto:EL TIEMPO en XEl abogado penalista Saúl León coincide en que las falencias en la investigación son un punto crítico: investigadores sin formación técnica, dificultades para consolidar pruebas y capturas fallidas que impiden construir casos sólidos. Advierte también sobre una legislación que, si bien protege derechos fundamentales, mantiene vacíos en el tratamiento penal de delitos cometidos por menores de edad, un fenómeno que —según él— incide en el aumento de la impunidad.Por su lado, el exministro de Justicia Wilson Ruiz, recuerda que hoy un fiscal puede tener 2.000 o 2.500 carpetas, sin investigadores suficientes que respalden labores que deberían ser exclusivas de la Policía Judicial. Esa saturación —dice— obliga a priorizar los hechos de mayor impacto mediático y deja rezagados los homicidios simples relacionados con accidentes de tránsito o hechos culposos, que no generan medidas de aseguramiento y, por tanto, no son vistos como urgentes. Para Ruiz, la raíz del problema no está en la ley, sino en la falta de capacidad institucional. Se necesitan más fiscales, más jueces, más investigadores y una infraestructura tecnológica que permita interoperabilidad real entre entidades.“Se debe fortalecer la investigación criminal, reducir las cargas operativas de los despachos, potenciar la interoperabilidad tecnológica entre la Policía Judicial y la Fiscalía, y modernizar los centros de reclusión. Sin esa expansión institucional, cualquier reforma será insuficiente. La justicia no avanza por decretos, avanza cuando el Estado le da los recursos para funcionar”, puntualizó.Redacción JusticiaJusticia@eltiempo.comMás noticias de Justicia:

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