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Sara Alonso gana en el infierno de las salvajes pendientes del 30% en Kobe en la prueba inaugural de las Golden Trail Series | Deportes

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Cuando Kobe Trail se convirtió el año pasado en la primera carrera asiática de la historia de las Golden Trail Series lo hizo con The Unexpected (lo inesperado) como nombre de guerra: nadie se imaginaba semejante infierno al amparo de una ciudad japonesa reconstruida tras el terremoto de 1995. Resistieron esas montañas ancestrales, hijas de su circunstancia, un sinfín de escalones para defender los senderos ante las lluvias torrenciales. Por eso duele tanto transitarlas. El trail alucinó en 2024 con la lentitud de la carrera, el peaje de 2.200 metros de desnivel positivo en 22 kilómetros, con pendientes constantes por encima del 30%. Un año después, no vale lo de inesperado, tocaba buscar un plan de ataque; a algunos les funcionó, a otros les explotó. Fue una tarde de ensueño para Sara Alonso, que logró su segunda victoria en el circuito, tres años después del Marathon du Mont Blanc, en la casa de su marca, Asics. Y la confirmación de los kenianos, que hicieron doblete, con Patrick Kipngeno repitiendo victoria.Más informaciónLa enseñanza de Kobe es que alternar el orden natural del trail mediante un recorrido con cuatro loops que empiezan en descenso para luego volver a la meta en subida es que, paradójicamente, perjudica a los bajadores. Es como esquiar con zapatillas, trazando curvas entre raíces afiladas, usando los árboles para girar, tocando lo justo una piedra para ir a la siguiente, vivir en un constante limbo de inestabilidad. Un arte con maestros, pero la élite ya no tiene cojos: todos saben bajar. Ganó quien llegó con las piernas frescas a las subidas, una suerte que vale minutos, no segundos.Sara Alonso descubrió que iba en cabeza al inicio del tercer loop porque un fotógrafo se lo dijo: “¿Y Joyce?”. La ganadora de la general de 2024 cogió unos segundos de diferencia en la subida del segundo, aprovechando su canónico trote, inmune a los escalones. La española iba con Madalina Florea, otro peso pesado que la llevaba por encima de su zona de confort. Cuando cogieron la botella en el avituallamiento, dejaron de ver a la keniana, que había seguido recto en un cruce que mandaba a la izquierda. Desde que un ciclista la cazó para avisarle a gritos de su error hasta que volvió al recorrido pasaron cuatro minutos. Ahí ya se cruzó todo y terminó sexta, con elegancia en la derrota, sin perder la sonrisa.Sara Alonso, durante la prueba en Kobe (Japón) de las Golden Trail Series.ANTHONY DEROEUXLo primero que pensaron sus perseguidoras al ver el panorama despejado es que eran ellas las que se habían perdido. Cuando llegaron a la subida criminal del loop 3 —incluye un kilómetro al 31% de media— fue Alonso la que abrió gas y se quedó sola. La ventaja de la lentitud de la subida es que permite calcular distancias al líder, cómo de lejos suena el cencerro anterior cuando pasa la segunda. Solo quedaba acabar la tarea en el último giro, con un descenso igual de técnico. “Solo quería llegar abajo sin matarme”. Faltaba el último empache de escaleras, amenizadas por una cascada donde metía la gorra. Porque hizo más calor que el año pasado, un extra que produjo petardazos y ralentizó los tiempos de entonces. Con todo, la donostiarra bajó más de cuatro minutos su registro de 2024 —fue segunda— con 2h53m57s.A 5m51s llegó Florea, segunda, que compartió entrada en meta con Kipngeno, el premio de dar la salida media hora antes a la carrera femenina. Se limitó a calcar el plan de 2024: bajar sin excesos y exprimir su motor keniano en las subidas. El suizo Joey Hadorn se quedó el año pasado a un minuto y esta vez jugó su carta de bajador técnico. Valió para dominar en los dos primeros giros —el primer loop, el más corto, acogió una carrera de niños, con un descenso de aúpa—, hasta que Kipngeno cogió la delantera. El aspirante fundió sus balas en el cuarto, pero su descenso sin red no valió para cazar al líder y acabó cuarto. Le adelantaron Philemon Kyriago y el rumano Bogdan Damian, la gran irrupción, tercero, su primer podio Golden. Hasta discutió la plata al keniano en un sprint agónico, separados por apenas tres segundos, a escasos dos minutos del ganador, que hizo siete minutos más que en 2024: 2h29m46s.Malen Osa, durante la prueba en Kobe (Japón) de las Golden Trail Series.Mathis de CrouxEn un viaje tan largo para los europeos, cada uno se enfrenta a su circunstancia. Damian, a dormir lo justo por el jet lag. Daniel Pattis, llamado a discutir a Kenia, a su catarro, que no le impidió ser sexto; Anders Kjærevik, a los cinco puntos de sutura tras su caída hace siete días en Penyagolosa (Castellón). Y Malen Osa, a los calambres que lastraron su primera hora, hasta el punto de pararse por el dolor, escuchando al demonio de la retirada. Su gen luchador valió un tercer puesto, a 8m13s de Alonso. “Estoy muy orgullosa por no haber tirado la toalla, pero me quedo con ganas de mostrar de lo que soy capaz”. Ganó por 45 segundos a Takako Takamura, feliz como nadie con su cuarto puesto. Como el quinto de Ryunosuke Omi en la masculina. Los réditos en el trail nipón tras dos años en el circuito son evidentes.El otro protagonista de la delegación española, Fabián Venero, escuchó a su cuerpo —calambres, problemas de estómago—y abandonó antes del último loop para no maltratarlo más de cara a la segunda carrera de las Golden, el día 26 en China y su Gran Muralla. Fue uno de los 99 abandonos entre los 221 hombres que salieron, es decir, un 44%. Las víctimas del infierno asiático del trail.


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