Las hormigas están por todas partes. Se encuentran de forma natural en cada uno de los continentes del planeta, excepto la Antártida, con una población estimada de 20 cuatrillones de insectos vivos: 2,5 millones por cada ser humano que habita la Tierra. Las hormigas saben cómo proteger árboles a cambio de refugio, cómo usar su inteligencia colectiva mejor que los humanos y hasta se podría decir que tienen conocimientos de física y arquitectura. El dominio ecológico de estos insectos ha moldeado ecosistemas desde hace, al menos, 113 millones de años. Así lo ha determinado un estudio publicado este jueves que describe una nueva especie, la Vulcanidris cratensis, el registro más antiguo y confiable de una hormiga descubierto hasta la fecha.El fósil pertenece a un grupo ya extinto de himenópteros, los Haidomyrmecinae, conocidos como hell ants (hormigas del infierno) y caracterizado por tener mandíbulas inusuales para capturar a sus presas usando morfologías depredadoras. Estos insectos habitaron el planeta desde el Cretácico temprano hasta su extinción hace 75 millones de años. Por ese entonces, los mega continentes Gondwana y Laurasia estaban en proceso de fragmentación, las primeras plantas con flores comenzaban a aparecer y los dinosaurios y los primeros mamíferos se diversificaron.Más informaciónAnderson Lepeco, entomólogo en la Universidad de São Paulo (Brasil), es el autor principal del estudio y responsable del hallazgo. El científico cuenta que se encontraban estudiando una colección de fósiles extraídos de la formación Crato, un famoso yacimiento ubicado en la meseta de Araripe, en el noreste de Brasil. Buscaba avispas y abejas, los grupos en los que está especializado. De repente, se topó con lo que parecía una hormiga voladora perfectamente conservada entre la roca. “Se parecía mucho a algunos ejemplares conservados en ámbar de Myanmar”, dice. Y agrega: “Me quedé en shock”.Los investigadores han podido reconstruir su cuerpo casi completo utilizando tomografía computarizada, incluso algunas de las partes que están incrustadas dentro de la roca. La mandíbula orientada hacia adelante, las alas venosas, la longitud de las antenas y el tipo de articulación de las patas con el tórax ayudaron a Lepeco y su equipo a identificar al espécimen como una hormiga del infierno.Reconstrucción mediante tomografía computarizada del fósil de la hormiga del infierno.Odair M. MeiraEste grupo de especies ya habían aparecido antes en el Sudeste Asiático y en la Europa Occidental, conservadas en resina fosilizada. Pero la que han encontrado ahora en Brasil desafía la comprensión que los científicos tenían de la evolución y la distribución global de las hormigas a lo largo del tiempo, porque es 13 millones de años más antigua que las ya conocidas, y más grande. “Es una de las primeras líneas que apareció en la evolución de las hormigas, y eso la hace notable. Ahora sabemos que estos insectos existían en la Tierra mucho antes de lo que pensábamos”, explica Lepeco.Otro elemento que este hallazgo ha aportado a la discusión es cómo las hormigas se adaptaron y diversificaron para, a su manera, conquistar el planeta. “Las hormigas del infierno son un grupo muy especializado y con este fósil sabemos que ya tenían esas adaptaciones morfológicas tan particulares desde el comienzo de su evolución”, destaca el entomólogo brasilero. Esto significa que los himenópteros tuvieron una explosión en la diversificación de sus especies desde un inicio.Los nuevos restos expanden lo que se sabía sobre la distribución geográfica que estos insectos alcanzaron. Lepeco lo explica: “Las hormigas del infierno fósiles del Cretácico provienen todas del hemisferio norte, pero este ejemplar del sur indica que ya estaban ampliamente diseminadas durante su evolución temprana”. Probablemente, las hormigas del infierno, como sus parientes contemporáneas, tenían una gran capacidad para dispersarse entre continentes, incluso aquellos que estaban muy separados entre sí.“Ahora podemos decir con confianza que las hormigas fueron un grupo exitoso desde su evolución temprana. Tan exitoso que pudieron expandirse por todo el mundo fácilmente”, asegura el autor del estudio. Es que si hubieran sido un conjunto menor, o uno que apenas comenzaba a ocupar nichos ecológicos, no habrían tenido esa capacidad de dispersión tan rápida y global. Sucedió todo lo contrario.
Un nuevo registro fósil demuestra que las hormigas conquistaron la Tierra hace 113 millones de años | Ciencia
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