Imagine que este verano ha alquilado un hotel durante 15 días en primera línea de playa en una ciudad española y quiere llevar su coche para visitar algunas calas. Sin embargo, le provoca inquietud la cuestión de dónde dejar el vehículo; si el hotel tiene o no parking, si es gratuito, si existe una zona para aparcar en la calle sin pagar altas tasas… La startup malagueña Activacar responde a todas estas dudas de un plumazo con el carsharing empresarial. Este término anglosajón hace alusión al alquiler por horas de automóviles eléctricos por parte de los ciudadanos para desplazarse por su ciudad. Pero Activacar ha decidido reformular este modelo: ofrecen vehículos no contaminantes a negocios con una clientela que necesita moverse puntualmente. El sector hotelero es uno de los principales beneficiarios, como cuenta su CEO, Luis Martínez (Málaga, 30 años): “Gracias a nuestro servicio, el visitante no tiene que alquilar un coche durante toda la semana. Puede usarlo solo unas horas para, por ejemplo, ir a cenar a un pueblo o visitar el centro de una ciudad”, describe. Por su parte, la propia empresa que alquila estos coches puede hacer marca, pues puede vinilar los vehículos con su logotipo corporativo. Por cercanía, Activacar comenzó a trabajar con hoteles de la Costa del Sol, aunque hoy ofrece también alrededor de 50 coches a universidades y promotoras. El otro eje de negocio de Activacar es la instalación de puntos de recarga. Los han implantado en unos 200 espacios, como los citados hoteles, pero también en campos de golf e incluso en aparcamientos públicos. Cuentan, además, con un canal doméstico, una línea específica con la que ya ha atendido a 1.500 particulares, y trabajan como instalador autorizado de Iberdrola de estos puntos de recarga residenciales en Andalucía. En esta comunidad, por otra parte, ha dotado con su tecnología a más de 50 concesionarios. “En nuestra base de datos tenemos recogidos unos 2.000 usuarios, de los cuales unos 500 son habituales”, resume el empresario.
Exprimir una oportunidad de la crisis
La pandemia de covid, que desbarató la vida de tantas personas, fue el impulso para armar Activacar. El emprendedor Eduardo Medina tuvo que cerrar su negocio dedicado a la organización de ceremonias de graduación universitaria, un sector que perdió sentido en una realidad marcada por el uso de mascarillas, la distancia social y el control estricto de los contactos físicos. Decidió desatar su instinto empresarial, pero por otro camino, con la colaboración de un amigo de toda la vida, Luis Martínez. Él también tuvo un reflejo ante la crisis: acababa de terminar la carrera de Derecho y un máster de Comercio Internacional, y estaba preparado para mudarse a China.
“Todo se precipitó”, recuerda Martínez. “Me vine a vivir desde Madrid a Málaga, pensé que sería por un par de meses, pero acabamos por formar Activacar”. Medina, quien actualmente se ha desvinculado de la startup para desarrollar otros proyectos, tuvo la visión de apostar por el sector de los vehículos eléctricos. “Ya antes del estallido del virus se oía la importancia de políticas de sostenibilidad, pero en esos años se intensificaron las regulaciones con metas establecidas para 2030”, rememora. En estos cinco años su aprendizaje ha llegado con la escucha vertical de la plantilla, y también con los fallos. “Somos un equipo de gente joven, nos hemos estrellado, pero también somos constantes, perseverantes y ponemos mucho de nosotros en la empresa”.
Fundación: 2020
Sector: Movilidad
Ámbito de impacto: Sostenibilidad y medio ambiente
Para Luís Martínez, CEO de Activacar, parte del éxito de la empresa se debe a su verticalidad, a escuchar la aportación de los miembros de su equipo. GARCÍA-SANTOS
El método para acceder a estas soluciones es intuitivo, ilustra Martínez desde su móvil. “El usuario solo se tiene que registrar, añadir su DNI y ya ve la disponibilidad de coches y cargadores, todo en la misma aplicación, ActivaCharge”, cuenta sobre una de sus últimas implementaciones, que les permitió tener todas sus prestaciones en un único programa. En cuanto a tarifas, el precio del coche por hora es de unos 12 euros, y a partir de las seis horas de uso se cobra la cuota de un día completo, 60 euros. Los valores de la marca, alineados con la sostenibilidadActivacar es un impulso para una industria que avanza hacia el objetivo de cero emisiones. España persigue disponer de un parque de 5,5 millones de vehículos eléctricos, incluyendo coches, furgonetas, motos y autobuses para 2030, según el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). Para alcanzarlo tendría que multiplicar por 11,1 el total existente de electrificados en 2024, que era de 495.086 unidades, según la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC). La respuesta de la startup malagueña a estos retos nacionales fue lo que llamó la atención de Javier de Pro, director de Fundalogy, la sociedad inversora de Fundación Unicaja que apoya al proyecto desde 2023. “Activacar se alinea con la agenda que impulsa la transición energética en la industria automovilística”, asegura. Además, encontró otro factor favorable para la empresa: la evolución de los hábitos en cuanto a desplazamientos, “sobre todo, en el caso de los jóvenes”, como declara. “La compañía apuesta por la movilidad sostenible, muy importante para las generaciones futuras. Ha sabido leer el momento y, por ello, ha ganado un gran reconocimiento”.Lograr un menor impacto ambiental se alinea con los valores de Les Roches, la escuela internacional especializada en hospitality (gestión hotelera y turística). Ofrecer la posibilidad de moverse en uno de los sus coches eléctricos a sus estudiantes (que, en su caso, tienen zona de carga propia con energía solar) iba acorde con su propósito, cuenta Carlos Díez, su CEO: “Educamos en valores y en responsabilidad, y la inversión en infraestructura y servicio se planteó como parte de nuestra misión”. Por eso, además de los 10 Mini Cooper SE y Cupra Born de la sede de esta escuela en Marbella, Activacar también desplegó 12 modelos eléctricos de gama alta en su sede principal en Suiza: BMW iX y Tesla Model Y.
Lo que une a las personas
El apoyo
Javier de Pro
Director general de Fundalogy
“Aunque sean una empresa joven, Activacar se ha desarrollado con un sólido crecimiento; la marca ya tiene un gran reconocimiento”
El emprendedor
Luis Martínez
CEO de Activacar
“Cuando buscamos inversores llamamos a la puerta de Fundación Unicaja porque es una institución referente y porque podíamos aportar ese impacto positivo que ellos fomentan”
El cliente
Carlos Díez
CEO de la escuela Les Roches
“Queríamos dar un servicio a los estudiantes que se alineara con nuestro compromiso con la sostenibilidad y Activacar encajaba a la perfección”
El centro universitario privado, orientado hacia directivos de hoteles de lujo y empresas de alto nivel, cuenta con unos 1.300 estudiantes matriculados. Mientras que un tercio realiza prácticas profesionales en empresas de todo el mundo, el resto desarrolla su formación académica en el campus, lo que les permite hacer uso de los vehículos para sus desplazamientos y para el ocio. “El 80% de ellos son de otros países y con los vehículos pueden moverse; irse de compras, a la playa, a restaurantes…”, describe. Lo secunda Martínez: “Los alumnos pueden coger el coche entre cuatro un viernes y pasar el finde en otra ciudad por 45 euros cada uno”, resume. También tienen la facilidad de llegar sencillamente a su residencia de 200 habitaciones, que se encuentra a tres kilómetros de distancia.
Activacar ha instalado puntos de recargas para vehículos eléctricos en más de 60 hoteles. GARCÍA-SANTOS
El usuario puede acceder a los coches disponibles y los puntos de recarga gracias a una aplicación en la que aparece un mapa con toda la información. GARCÍA-SANTOS
El equipo de Activacar ofrece atención personalizada y continua. “Muchas de las soluciones que brindamos nacen directamente del feedback de los clientes”, explica el CEO, Luis Martínez. GARCÍA-SANTOS
Para el CEO de Les Roches, el valor añadido de Activacar es su flexibilidad y atención personalizada: “Adaptan campañas, precios y condiciones en función de uso; como promociones en época de menor demanda”, describe. Su soporte y atención al alumno es de 24 horas y su función es la de un socio estratégico. “Mejoran continuamente el servicio, con análisis de datos y una comunicación directa”, declara.Esa conversación es la que articula los cimientos de Activacar, como añade Martínez: “Se aprende trabajando, y es fundamental escuchar tanto a los clientes como a los proveedores. No te puedes quedar solo con lo bueno, hay que estar abierto a las críticas”, describe. El resultado ha sido positivo, el equipo sigue en crecimiento. “Mañana tengo tres entrevistas, cada vez somos más”, explica, satisfecho, en una oficina en la que todos aparentan tener más o menos la misma edad. La empresa facilita que el coche eléctrico esté al alcance de más usuarios; entre ellos, los visitantes que este verano esperan recorrer destinos remotos y dejar su coche aparcado en casa.
El liderazgo, desde Málaga
Activacar tenía el propósito de minimizar el impacto medioambiental, pero también contaban con un equipo puntero, como reconoce a Javier de Pro, director de Fundalogy, la sociedad inversora de Fundación Unicaja que colabora con la startups desde hace un par de años. El CEO, Luis Martínez, le pareció un empresario con una “gran capacidad para afrontar desafíos”. “Ha sabido rodearse de un personal que le apoya y aporta mucho valor al proyecto. Tiene una capacidad de liderazgo innato que ha sabido trasladar a los compañeros con los que trabaja”, describe: “Es un emprendedor con una visión muy de equipo”.
Luis Martínez (izquierda), CEO de Activacar, y Javier de Pro, director general de la Fundalogy, en el Centro de Emprendimiento Fundación Unicaja-Málaga Tech Park. Foto: GARCÍA-SANTOS
El aporte de Fundalogy permite a esta empresa emergente desarrollarse en Málaga, y contribuye a su tejido innovador. “La ciudad ha crecido al ritmo agigantado los últimos años y se está poniendo la cabeza del ecosistema emprendedor. Cada vez más empresas de todo el mundo deciden venirse aquí; desde tecnológicas hasta nuevas startups“, describe De Pro. Desde su sede en Andalucía pueden gestionar al exterior, como su trabajo para Les Roches en Suiza. Con la tecnología, cuenta, se puede llevar un negocio de cualquier lado, pero han decido quedarse en Málaga, por todos esos motivos y por el más sencillo: “Porque es nuestra casa”.